Rick Barry, considerado el mejor jugador blanco de la historia del baloncesto hasta el «advenimiento» de Larry Bird, lideró el único anillo logrado por los Golden State Warriors, allá por 1975, «barriendo» por 4-0 en la finalísima a los Washington Bullets. 40 años después, la franquicia californiana volvía a conseguir un 4-0 en una ronda de play offs, en este caso ante los New Orleans Pelicans, con su jugador franquicia Stephen Curry logrando 34 puntos de media.

Por 98-109, los dirigidos por Steve Kerr se deshicieron de los Pelicans por la vía rápida, en una nueva exhibición de los Splash Brothers, y pasando por encima de los 36 tantos y 11 rebotes de Anthony Davis. Stephen Curry se fue hasta los 39 puntos y 9 asistencias, mientras que Klay Thompson añadía 25 puntos. Draymod Green, 22 tantos, 10 rebotes y 8 asistencias, siendo estas tres las patas de una victoria californiana que durante muchos minutos tuvo aires de paliza. Los Pelicans le pusieron corazón y enjugaron una desventaja superior a la veintena hasta arrimarse a menos de diez. Claro que el 13 de 24 en triples de los de Kerr –más bien el 13 de 21 sumado por el mencionado trío anotador– no dio opción a sorpresa ninguna.

Pero el líder siempre fue Curry, el faro al que se agarraron los Warriors tanto para escaparse como para impedir la remontada de los Pelicans. «Sabíamos que es un gran tirador, pero es más que eso y no pudimos hacer nada», aceptaba Anthony Davis. «Está en la élite de la élite. Por la forma en la que juega puedes decir que va incluso más allá», reconocía por su parte el técnico de Nueva Orleans Monty Williams.

Batum no es suficiente

Los Warriors esperan rival en Semifinales de Conferencia. Lo más seguro es que se enfrenten a los Memphis Grizzlies, que se adelantan 3-0 tras batir por 109-115 a los Portland Trailblazers. Nicolas Batum, autor de 27 tantos, fue el líder anotador de los de Oregon, pero los 25 puntos de Marc Gasol y los 20 de Courtney Lee, más los triples decisivos de Tony Allen, cerraban el triunfo de unos «ositos» que jamás lograron una ventaja tan amplia en la postemporada.

La mala noticia de los Grizzlies es que están plagados de molestias físicas. Su última «baja» fue Mike Conley, que por culpa de un golpe en la cara debió pasar la noche en el hospital. Lo cierto es que ni esas molestias impiden que los «ositos» rocen la «barrida», puesto que la propia franquicia de Oregon también padece un sinnúmero de bajas y molestias físicas. Los Grizzlies parecen llamados a cruzarse en el camino de los Warriors, aunque esa, de producirse, seguramente fuera otra historia bien distinta.

Los Hawks no son los Hawks

Las cosas fueron por otro camino en la Conferencia Este. Los Brooklyn Nets se arriman a los Atlanta Hawks por 2-1, después de llevarse por 91-83 el tercer partido de su serie.

La franquicia neoyorquina hizo su partido y cumplió con su cometido, mientras que su rival no fue, ni de lejos, el conjunto que obtenía el mejor balance del Este. A las primeras de cambio, los Nets se escapaban por 31-16, aprovechándose de que los de Georgia sumaban 11 de sus 15 balones perdidos en un calamitoso primer cuarto.

Los Hawks tardarían en reponerse de ese primer golpe, pero aún recibirían otro. Después de empatar a 64 hacia el final del tercer período, volvieron a encajar un parcial de 19-0 por parte de unos Brooklyn Nets en el que cuatro de sus cinco titulares sumaron 16 puntos o más, con el tope de 22 puntos y 13 rebotes para Brook Lopez.

Milwaukee resiste

Milwaukee Bucks sigue vivo. Una canasta de Jerryd Bayless le dio la victoria sobre Chicago por 92-90, dejando la eliminatoria con 3-1 a favor de los de Illinois.

Con 33 puntos, parecía que Jimmy Butler iba a decantar esta serie a favor de los Bulls. Pero no contaban con el banquillo. Los reservas de los Bucks sumaron 47 puntos, llegando a irse por 87-79. Entre Derrick Rose y Pau Gasol llegaría el empate a 90, pero Bayless le dio un partido extra a la eliminatoria.

Anthony Davis emula a Bob McAdoo, Wilt Chamberlain y Abdul-Jabbar

«En esta serie el objetivo era ganar al menos un partido y no he sido capaz de lograrlo. Así que los récords individuales no significan nada ahora mismo. Hemos sido barridos y eso es algo difícil de digerir». Sus 31,5 puntos y 11 rebotes de media no satisfacían a Anthony Davis.

Lo cierto es que el hombre franquicia de los New Orleans Pelicans lograba algo que solo gente de la trascendencia de Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar y Bob McAdoo lograban antes que él: firmar 30 puntos y 10 rechaces de media en su primera aparición en los play offs. Hasta el entrenador de los Warriors, Steve Kerr, aseguraba que Anthony Davis «acabará por ser el MVP».A. G.