Estamos ante un fenómeno muy similar dentro y fuera del mercado francófono al que diez años antes se dio con “Los chicos del coro”. A ello ha contribuido la presencia de la joven cantante Louane Emera, finalista de la edición gala del concurso televisivo “La voz”, y que con “La famille Bélier” ha ganado el Premio César a la Mejor Actriz Revelación. No en vano es la protagonista de los momentos más emotivos, en especial cuando supera una prueba para entrar en el coro de Radio France, interpretando la canción de Michel Sardou “Je vole”, y cuya letra hace entender a sus padres que la niña ya tiene edad para volar del nido.

La explicación de fondo a que la escena resulte tan vibrante está en que los Bélier no son una familia cualquiera, ya que todos sus miembros son sordos menos la hija cantante. Lo que en teoría debería suponer todo un drama, puesto que no pueden oírla y apreciar sus dotes artísticas, gracias a las vibraciones que llegan al corazón y al lenguaje de los signos, se convierte en la perfecta traducción simultánea como en la canción “Negua joan da ta” de Zea Mays.

Además está el arraigo al «terroir», que lleva al cabeza de familia a presentarse a las elecciones municipales de Lassay-Les-Châteaux, en Mayenne, defendiendo los derechos tanto de los granjeros como de los que presentan alguna discapacidad. Este hombre se dedica, junto con los suyos, a la elaboración de quesos artesanales, principalmente brie y camembert, así que la marcha de su pequeña a París va en contra de su particular lucha por una vida digna en el campo.

Será el profesor de canto el que sirva de mediador, debido a que él también se siente desterrado en provincias, lejos de los centros culturales. Éric Elmosnino repite a tal fin su caracterización de Gainsbourg, mientras se lucen Karin Viard y François Damiens en los roles paternos como si fueran auténticos intérpretes de cine mudo.