Michael Matthews dio continuidad a la exhibición del Orica GreenEdge en el Giro de Italia. Tras el triunfo de la escuadra australiana en la crono por equipos inaugural, y después de hacerse el de Canberra con la maglia rosa en la etapa del domingo, el velocista redondeó su actuación imponiéndose en la tercera etapa, de 136 kilómetros, entre Rapallo y Sestri Levante.

El recorrido propició una jornada muy nerviosa. El hecho de tratarse de una etapa tan corta, unido a la ascensión del exigente paso de Barbagelata a 40 kilómetros de meta, animó a varios corredores a intentarlo desde lejos. Movistar filtró a Rubén Fernández y Jesús Herrada en un grupo de unos 20 ciclistas, entre los que destacaba Philippe Gilbert, que luego acabaría tercero en la llegada masiva.

La dureza del puerto y los posteriores ataques fueron eliminando contendientes en la fuga, siendo cuatro los aventureros que más aguantaron el empuje del pelotón. Maciej Paterski (CCC), Adam Hansen (Lotto), Simon Clarke (Orica) y Pavel Kochetkov (Katusha), con el ruso como hombre más combativo, eran alcanzados a cinco kilómetros de meta, dando paso a la pelea entre los corredores más rápidos del pelotón.

No obstante, las características del recorrido también condicionaron la tipología de ciclistas que pelearon por el triunfo, bastante diferente al de la víspera. Gente más todo-terreno como Matthews, que batió al italiano Fabio Felline en un cerrado sprint, o el propio Gilbert copaban las tres primeras plazas. Y basta mirar los diez primeros para encontrar corredores como Paolo Tiralongo o Luca Paolini.

Una nueva muesca en el palmarés de Michael Matthews, la segunda en el Giro, que a sus 24 años llega a la cifra redonda de veinte victorias como profesional, muchas de ellas de primerísimo nivel. Los dos triunfos logrados en la Euskal Herriko Itzulia se unen a los conseguidos en la Vuelta (3), en la París-Niza o en el Tour Down Under.

Y, además, amenaza con repetir, ya que el recorrido de la cuarta etapa, que unirá hoy las localidades de Chiavani y La Spezia con 150 kilómetros de trayecto, se parece bastante al perfil de ayer. Las subidas al Colla di Velva y al Passo del Termine darán paso a la cota de Biassa, a apenas diez kilómetros de meta, condicionando la llegada.

Pozzovivo, fuera tras sufrir una terrible caída

La peor noticia de la jornada fue la terrible caída que sufrió Domenico Pozzovivo a 38 kilómetros de meta. El italiano del equipo Ag2r, quinto en la pasada edición del Giro y que aspiraba al podio en la presente, se quedó varios segundos totalmente inmóvil en la carretera tras caerse cuando descendía el puerto de Barbagelata. Las primeras imágenes hicieron pensar en lo peor, y muchos se acordaron de Wouter Weylandt, corredor fallecido en la edición de 2011. Pero, por fortuna, el médico de la carrera, Giovanni Tredici, informaba de que el ciclista «está consciente y lúcido», añadiendo que había sufrido un fuerte golpe en la cara. Fue trasladado al hospital de San Martino, en Génova, para tratarse de ese traumatismo facial, una herida profunda en el pómulo y una conmoción cerebral, pero el italiano estaba ya fuera de peligro y, según la web biciciclismo, incluso pudo hablar por teléfono con su novia. Eso sí, se despide antes de tiempo de un Giro que era su gran objetivo.A.A.