Joseba ITURRIA
CICLismo

Astana hace la primera selección en dos Terceras

Puso un ritmo en los últimos 65 kilómetros que dejó a Aru solo con Contador y Porte por detrás de Formolo

Davide Formolo dio al Cannondale Garmin la victoria en la cuarta etapa del Giro tras ser el único corredor de la escapada del día que consiguió llegar por delante de un grupo muy reducido por el ritmo marcado en los últimos 65 kilómetros por Astana, al que le bastaron dos puertos de Tercera para hacer la primera gran selección.

Simon Clarke, que también entró en la escapada junto a su compañero Johan Esteban Chaves, celebró el segundo puesto de la etapa como si fuera un triunfo y recogió la maglia rosa de su compañero Matthews. Junto a los dos ciclistas del Orica solo entraron diez corredores, de los que Aru, Contador y Porte eran los únicos que no habían entrado en la fuga del día.

Bastaron dos puertos de Tercera para confirmar que son los tres principales favoritos del Giro y distanciar en 42 segundos a Vandenbroeck, Urán y Mikel Landa. Niemiec perdió 2:56 con el ganador, Ion Izagirre 4:22, Hesjedal 5:25, Kruijswijk 8:27 y Beñat Intxausti 9:21, con lo que los dos vascos de Movistar que iban a disputar la general quedan muy lejos de los primeros.

Solo 57 corredores perdieron menos de 17:23, que es la distancia a la que llegaron Zakarin y Ulissi. Y eso que una treintena de ciclistas marcharon escapados por delante. Esas diferencias evidencian el zafarrancho de combate en una etapa en la que no se esperaban movimientos de los corredores de la general.

Una escapada numerosa

Fue una jornada espectacular como consecuencia de una fuga numerosa en la que 29 corredores se marcharon por delante y llegaron a tener una ventaja de nueve minutos a sesenta kilómetros de la meta.

Tinkoff y Sky habían colocado a corredores importantes como Roman Kreuziger y Leopold König y quisieron por fueran otros los que trabajaran. Etixx no metió a ningún corredor en la fuga y se puso en cabeza del pelotón, pero la diferencia creció.

Por eso Astana, que se mantenía a la expectativa porque había metido a Cataldo, Malacarne y Zeits en la fuga, se puso en cabeza del pelotón y en el Passo del Termine que se coronaba a 50 kilómetros de meta apenas una veintena de corredores con Izagirre, Landa y Nieve aguantaron en el pelotón y el líder Matthews quedó descolgado.

Astana tenía ventaja en el grupo y la presencia de tres corredores por delante le animó a seguir en su trabajo y en la última subida atacó Aru y solo pudieron seguirle Porte y Contador.

Al quedarse rezagados los demás favoritos, Astana y Tinkoff unieron sus fuerzas y estuvieron a punto de cazar a Formolo, que no quiso esperar al último puerto y lanzó un ataque que parecía precipitado, pero que le permitió ser el único de los escapados que pudo llegar por delante con solo 22 segundos sobre el grupo de los favoritos.

Una promesa italiana

Davide Formolo conseguía así a los 22 años su primera victoria como profesional y confirmaba lo apuntado el año pasado al acabar séptimo la Vuelta a Suiza, cuarto en Turquía y segundo en el campeonato de Italia, donde solo Nibali pudo ganarle.

Fue uno de los pocos corredores del Cannondale que tuvo continuidad tras la fusión con el Garmin y ayer trasmitía en la llegada su felicidad: «Hacía un año que esperaba esta victoria y ha llegado. Los 500 últimos metros han sido increíbles. Tenía la piel de gallina al escuchar los gritos de la gente. No estaba seguro de ganar hasta que faltaban 100 metros. He conseguido entrar en la fuga y los ataques no han parado. Cuando he pasado la primera vez por la meta me dije que no podía esperar a la última subida porque Kreuziger estaba más fuerte que yo».

Uno de los principales derrotados de la jornada, Rigoberto Urán, que además perdió al segundo gregario en cuatro días de carrera, señaló que «no he podido responder al ataque de Aru. He intentado subir a mi ritmo para perder el menor tiempo posible. No ha sido un buen día para mí, pero la subida final a Abetone será diferente».

El Giro afronta hoy, con 152 kilómetros de recorrido, su primer final en alto en Abetone, un puerto de Segunda con 18 kilómetros de subida constante hasta los 1.386 metros de altitud.