Ilnur Zakarin (Katusha) logró la victoria en la undécima etapa del Giro de Italia con final en el circuito de Imola tras dejar a sus compañeros de escapada en la parte final del último puerto puntuable de la jornada, en el que Beñat Intxausti logró la segunda plaza que le sirvió para recuperar el maillot de la montaña y compensar la decepción de no poder pelear por el triunfo parcial y de terminar cuarto.

El ciclista ruso confirmó el gran nivel mostrado en su primera temporada completa en el Katusha tras pasar por el Itera y el Rusvelo. Comenzó la temporada con un décimo puesto en San Luis, acabó noveno en la Euskal Herriko Itzulia, ganó el Tour de Romandía y ayer logró a los 25 años su primera victoria en su debut en una grande.

Una escapada de nivel

La etapa era propicia para una escapada y por eso el nivel de los que entraron en ella fue grande al formarse en la ascensión del primer puerto de la jornada, que Beñat Intxausti coronó en primera posición en su doble objetivo de pelear por otra victoria de etapa y por el maillot de la montaña.

Junto con el ruso y el vizcaino se marcharon corredores de entidad como Rubén Fernández (Movistar), Kruijswijk (LottoNL), Rosa (Astana), Betancur y Montaguti (Ag2r), Chavanel (IAM), Hesjedal (Cannondale), Pellizotti y Stortoni (Androni), Rutkiewicz (CCC) y Berlato (Nippo).

La escapada no llegó a superar los cuatro minutos de ventaja y el trabajo de BMC y la tensión en el pelotón, con numerosos cortes en los que se quedaban por detrás corredores importantes como Porte o Aru, provocaron que apenas tuvieran 50 segundos en el primer paso por el circuito de Imola a 45 de meta.

Entonces la escapada aceleró con Beñat Intxausti en la primera subida a Tre Monti y se quedaron por delante los más fuertes. Junto al vizcaino quedaron por delante Zakarin, Betancur, Hesjedal Pellizotti, Kruijswijk y Rosa hasta que antes del último puerto puntuable atacó el ruso y recorrió los últimos 23 kilómetros en solitario.

En el grupo de favoritos Contador atacó en la última subida no puntuable y dio la sensación de estar más fuerte que sus rivales, aunque todos los favoritos reaccionaron y llegaron juntos a la línea de meta, incluido Urán víctima de una caída.

La duodécima etapa de hoy, con salida en Imola, final en Vicenza y 190 kilómetros, tiene un final atractivo en un puerto de cuarta categoría, Monte Berico. En los últimos 55 kilómetros se suben además las cotas de Castelnuoro, de 4ª, y Crosara, de 3ª.

«El objetivo era recuperar el maillot azul y la etapa y tengo un sabor agridulce»

Beñat Intxausti trasmitía a la televisión italiana tras subir al podio como líder de la montaña con dos puntos de ventaja a Geschke, nueve a Kruijswijk y once a Betancur que «el objetivo era recuperar el maillot azul y quería volver a ganar una etapa, pero Zakarin se nos ha adelantado bien y por eso tengo un sabor agridulce».

Añadía que «el perfil era muy propicio para fugas como ésta. No había muchos puntos para la montaña, pero para mí es importante puntuar poco a poco y, si se puede, disputar la etapa también. Esto último era más complicado. Había mucha vigilancia, Zakarin ha arrancado en la penúltima vuelta y ha demostrado que iba muy fuerte. Yo tenía la ventaja o falta de presión de llevar ya una etapa, pero nos ha sorprendido, demostrando que estaba muy fino y metiendo bastante tiempo al final. Atrás no nos hemos entendido bien y no se ha podido llegar. Es una pena no haber podido rematar con otra victoria, pero de momento tenemos este maillot».

Dijo que a sus compañeros «los veo bien. Andrey tiene un bonito objetivo por delante si puede disputar la general. Es un gran contrarrelojista y la crono del sábado se le da muy bien. Veremos en la montaña del domingo para saber hasta dónde puede llegar. Tenemos también a Visconti y a Ion, que está más lejos y tendrá más libertad para alguna fuga lejana que le permita intentar acercarse a ese top-ten».GARA