Joseba ITURRIA
Giro de Italia

Sacha Modolo da la cuarta victoria al Lampre en un día de transición

Los equipos de los sprinters no quisieron desaprovechar su penúltima oportunidad antes de la traca final con tres etapas de montaña.

Sacha Modolo logró su segunda victoria en este Giro y la cuarta para el Lampre-Merida al imponerse al sprint en Lugano tras una decimo&bs;séptima etapa en la que lo más destacado fue que no pasó nada relevante y por una vez se cumplió el guión que anunciaba un día de transición ante las tres etapas de montaña que definirán la general final.

Si algo ha caracterizado a este Giro es que todos los días han pasado más cosas de las que se podían esperar. La de ayer fue la excepción que confirma la regla, porque no hubo caídas, ni diferencias entre los favoritos y se llegó al sprint como se preveía. Pero apenas 41 corredores entraron en el primer grupo a pesar de que la etapa solo tenía 137 kilómetro y un único puerto puntuable para la montaña en el 15.

Pero el pelotón está especialmente castigado en este Giro y basta con ver las grandes diferencias existentes en la general cuando aún faltan tres etapas de montaña. Ayer bastó una subida no puntuable a 30 kilómetros del final para que muchos corredores prefirieran acabar la etapa a su ritmo que seguir el que marcaron los equipos de los sprinters, que no quisieron desaprovechar la penúltima oportunidad que les quedaba.

La escapada se formó de salida con Keisse (Etixx), Bandiera (Androni) y Berlato (Nippo), que no tuvieron el permiso del pelotón para coger mucha diferencia. No llegaron a tener tres minutos de renta y a 27 de meta fueron atrapados en una subida que aprovecharon Atapuma (BMC) y Gretsch (Ag2r) para marcharse por delante.

Después lo intentó Adam Hansen (Lotto), pero el Giant especialmente anuló la fuga y después Tinkoff se puso en cabeza del pelotón para tener en las primeras posiciones a Alberto Contador con el objetivo de evitar una caída que le deje sin el triunfo que tiene encarrilado.

Gran preparación del Lampre

Las tentativas finales de Gilbert y Slagter tampoco inquietaron a un pelotón que en los últimos dos kilómetros tuvo a Trek y Lampre en cabeza para preparar la llegada de Nizzolo y Modolo en un duelo en el que, como en el anterior, se impuso el corredor del conjunto italiano.

Tras su victoria Modolo atribuyó buena parte del mérito a su equipo: «Ha hecho un trabajo perfecto, es la primera vez que tengo un tren a mi disposición para preparar el sprint con Ferrari y Richeze para lanzarme al final. Es como un juego de Lego, el tren es muy competitivo».

Modolo destacó que en la última subida vio más cansados a sus rivales y que aprovechó la ausencia de los grandes sprinters que han dejado el Giro sin querer sufrir la última semana.

Landa da vida al mercado y a la carrera

Mikel Landa se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de la carrera cuando nadie contaba con él para la lucha por el podio al inicio y ayer era noticia porque, al acabar contrato, se le sitúa en la órbita de los mejores equipos –Katusha, Sky y Tinkoff– porque parece difícil que pueda convivir con dos gallos como Vincenzo Nibali y Fabio Aru en un equipo que, aunque es kazajo, casi resulta italiano.

Astana ha conseguido que Mikel Landa haya vivido una gran progresión basada especialmente en una mayor dedicación a los entrenamientos. Giuseppe Martinelli destaca que ahora es más profesional, que antes trabajaba por sensaciones y que ahora sigue al pie de la letra la preparación que le marca Paolo Slongo, que le pidió que bajara peso, que trabajara más y eso unido a los pocos días que ha podido competir por su enfermedad le han permitido llegar mejor que nadie a la última semana.

Así Mikel Landa no se conforma con las dos etapas y la segunda plaza. Declaró antes de la salida de la etapa de ayer en Raiesport que iba a hablar con Fabio Aru «para hacer la guerra a Contador e intentar ganar el Giro. Aún no ha terminado la carrera. Aru tuvo el martes un problema y creo que en los próximos días podrá hacer algo».

La etapa de hoy llevará a los corredores de Melide a Verbania con 170 kilómetros y un puerto desconocido, el Monte Olongo, con 10,4 al 9% de pendiente media, muy duro, que se corona a 40 de meta. Después de coronar hay otros tres repechos y del último a meta hay 17 kilómetros de descenso. ¿Qué hará Astana? Joseba ITURRIA