Jon ORMAZABAL
Pelota

Aimar Olaizola encontró refugio en su corrección

El de Goizueta estuvo mucho más seguro que un incómodo y desacertado Irujo y jugará su novena final.

MARTÍNEZ DE IRUJO 15

OLAIZOLA II 22


En tiempos de zozobra o limitaciones, resulta evidente que tanto uno como el otro han jugado bastante más de lo demostrado ayer en Gasteiz a esto del mano a mano, tener un asidero que te dé confianza y apoyo resulta fundamental y Aimar Olaizola encontró en su corrección y seguridad el refugio en el que protegerse y emprender su camino hacia su novena final Manomanista, mientras que Juan Martínez de Irujo nunca tuyo el apoyo suficiente para emplear ese juego agresivo que lo ha hecho grande, por lo que no pudo defender su txapela.

El partido de ayer en el Ogeta venía irremediablemente marcado por la lesión en el sóleo del de Ibero –el aspecto de las gradas del recinto gasteiztarra fue el fiel reflejo de las dudas que existían entre los pelotazales– y no se puede, para nada, achacar la derrota a esa microrrotura que tuvo en vilo la celebración del partido, pero sí que fue una tara en el rendimiento de Martínez de Irujo. Ya fuera por las molestias, o simplemente porque no le permitió estar cómodo en la cancha, el de Ibero tuvo excesivas prisas en el remate, se precipitó en dejadas y remates sin sentido y tampoco tuvo la paciencia o la capacidad de sacrificio para sacar provecho al golpe, a eso en lo que es claramente superior a su rival. Se empecinó en tratar de terminar el tanto sin madurarlo, el calibre no estaba como otros días y los once errores que terminó acumulando, sumados a la falta de saque que cometió en la segunda y última oportunidad que tuvo para ponerse por delante en el marcador resultaron insalvables ante un rival que redujo estos guarismos a cuatro, a los que sumar otra falta de saque.

Siempre por delante

Verse en todo momento por detrás en el marcador tampoco ayudó nada al todavía vigente campeón a recuperar la confianza que su pierna derecha no le daba. Como tantas otras veces, Aimar Olaizola comenzó el partido más metido.

Con ese saque bombeado que va a morir a pared izquierda como aliado, y sin dejar apenas botar a la pelota, el de Goizueta apostó por meter ritmo al partido desde el primer pelotazo y, con su sotamano como principal arma, trató de mover a su rival y que no se sintiera cómodo en la cancha, algo que logró y le sirvió para adelantarse 3-7.

Sin embargo, él también cometió algún error como la pasa del 3-5, y tampoco se le vio todo lo fresco que sí pareció ante Altuna III cuando tuvo que golpear la pelota a bote, lo que aprovechó su rival para empatar.

Sin embargo, las tacadas del de Asegarce fueron más sólidas y pronunciadas y otro error del de Ibero le permitió abrir otro hueco que rompió el partido casi irremediablemente en el 8-15.

De todos modos, los restos de volea de Irujo –ninguno de los dos entró a bote en todo el partido– tampoco le dieron opción de entrar al saque-remate tan habitual en el de Goizueta y en una fase en la que los tantos se alargaron y se endurecieron, Juan Martínez de Irujo vio que su golpe era bastante superior y que dándole y arrimando la pelota a la pared izquierda, podría tener sus opciones en el 13-15.

Sin embargo, no supo tener continuidad en la que se intuía la vía adecuada. Un remate bajo chapa y otra jugada en la que se vendió con una inoperante dejada volvieron a abrir brecha a favor de Aimar y el de Goizueta no la desaprovechó.