«El director deportivo sigue siendo José Mari Amorrortu, a pesar de lo que se ha dicho repetidamente en los últimos cuatro años», se soltó el mandamás de Ibaigane, Josu Urrutia, en su comparecencia ante la prensa de la semana pasada. Es más, el presidente dejó claro que el bilbaino es quien está perfilando el nuevo organigrama de Lezama, en el que podría aterrizar algún otro exleón además de la reciente llegada de Joseba Agirre; y entre esos posibles suena el nombre de Oskar Tabuenka. Pero su presencia no solo se limita a la cantera sino que también trabaja de la mano de Ernesto Valverde en la confección de la primera plantilla.

Fue el propio Urrutia quien trajo a Amorrortu a Lezama para coordinar la cantera y de paso servir de nexo con Marcelo Bielsa, aunque su protagonismo al frente de la dirección deportiva del club, tanto en lo que se refiere a Lezama como hacia el primer equipo, le duró lo que el contrato con el técnico argentino. La traumática marcha del de Rosario precipitó que la baraja de Lezama se rompiera, entrara en juego Aitor Larrazabal en la coordinación deportiva –finales de julio de 2013– y Amorrortu quedara relegado, y otro tanto sucediera con profesionales de la cantera más cercanos a este último, que a partir de entonces han ido dejando Lezama porque allí veían cortadas sus alas en su labor de cantera, casos de Vicen Gómez (en el Dinamo de Kiev) o de Edorta Murua (en el Universidad de Chile).

Los dos últimos cursos, Larrazabal, mano derecha de la presidencia, se ha dedicado al control de la cantera y Amorrortu ha pasado a ejercer labores de enlace con el primer equipo y, sobre todo, con quien a la postre ha sido y es ahora mismo su gran valedor y culpable de que haya recuperado su papel protagonista en la dirección deportiva: Ernesto Valverde. El futuro de Amorrrotu en el club era incierto, pero ha sido Txingurri quien ha salido en su defensa y quien probablemente haya pedido su continuidad en Lezama, la del hombre que precisamente le trajó a la disciplina bilbaina cuando el de Viandar de la Vera era un cadete.

En abril pasado, el propio Urrutia habla de que no había novedades con respecto a la continuidad o no del entrenador del primer equipo, y lo mismo decía de otros nombres propios del estamento deportivo, entre ellos citaba a Cuco Ziganda, Aitor Larrazabal y el propio José Mari Amorrortu. «Cada uno tiene que determinar sus inquietudes, sus fuerzas y su energía. Lo mismo que nosotros hemos valorado si nos vemos con fuerzas de seguir al frente del club, esas personas también lo tienen que hacer. Queda mes y medio para decidir, y cuando se tome la decisión la comunicaremos», vino a decir el de Lekeitio.

Larrazabal busca un Segunda B

El pasado febrero, Amorrortu, sostenía en una entrevista sobre su futuro que «tengo muchas ganas de seguir trabajando en el mundo del fútbol porque me identifico con lo que amo. Estoy, después de tantos años de experiencia, con una base de conocimiento que me permite seguir enseñando cosas nuevas a los jóvenes, así que esa es mi idea para el futuro», aunque no hablaba en ningún momento del dónde. Al final, lo dicho, el de Deusto sigue en la brecha y en el Athletic, recobrando un protagonismo perdido al abrigo del primer entrenador.

En ese organigrama en el que ya trabaja y que, según el presidente, estará listo en breve, no tendrá cabida como es sabido Aitor Larrazabal. El exrojiblanco busca un banquillo pero no como se ha apuntado en equipos del entorno en Segunda B, sino que sus aspiraciones van más allá y apuntan a la categoría de plata, o incluso a alguna liga extranjera, a pesar de que no tiene apenas experiencia profesional como entrenador más allá de dirigir brevemente al Lemona y aprovechar su paso por Lezama para sacarse los títulos necesarios para entrenar.

Días de movimiento en la cantera zurigorri, ha comenzado el desfile de bajas con el Basconia, se irá sucediendo en próximos días con el resto de categorías una vez acaben los torneos de junio, y días de conocer altas. El organigrama en marcha, bajo la batuta de Amorrortu.

A Iago le faltaron 15cm para parar el gol de Leo

La cadena estadounidense de deportes ESPN ha editado un vídeo en el que desgrana de manera científica el gol que Leo Messi le hizo al Athletic en la final de Copa, obteniendo en el laboratorio algunas de las medidas que acompañan a la genial jugada del argentino. En total, hablamos de una acción invidivual en la que el ‘10’ blaugrana recorre 54,864 metros exactamente y lo hace en un tiempo de 11,4 segundos, un visto y no visto para los rojiblancos. Y es que Leo en el inicio de la jugada, cuando en primera instancia desborda a Balenziaga cerca del medio campo, acelera en su arranque de 0 a 31 km/h en solo 2,73 segundos, cuando un jugador de la NFL o fútbol americano lo hace en 2,76 segundos. Pero no acaba ahí la obra científica de Messi. Con el balón en los pies corre, se frena ante tres defensas y en solo 1,2 segundos se va de ellos. En todo su recorrido el balón solo se aleja de su bota dos veces, hasta que se planta ante Laporte, le recorta y dispara: el balón sale a una velocidad de 77,2 km/h y Iago Herrerín no lo detiene por 15,24 centímetros. Es más, si el contacto de su bota con el balón hubiera variado tan solo en 1,5 milímetros... no habría marcado el 1-0. El ‘10’ lo hizo todo... de 10.J.V.