Gotzone Lopez de Luzuriaga, Jose Angel Biguri y Sergio Fernandez Atauri
Personas que padecieron graves enfermedades en prisión
KOLABORAZIOA

Presos enfermos: pensar e imaginar

Pensar: Jagoba Codo Callejo, vecino de Amara (Donostia), está padeciendo la enfermedad de espondilitis anquilosante, que supone un grave problema degenerativo en los huesos. Le dificulta la movilidad, entre otros impedimentos en la vida diaria.

Jagoba está en prisión, hasta hace poco se encontraba en la cárcel de Martutene por su salud. Pero lo han alejado a la cárcel de Castellón II, a 482 Kilómetros. Las leyes españolas e internacionales afirman que por enfermedades como la de Jagoba se puede liberar al preso, pero esas leyes no se cumplen. Jagoba es un preso político vasco que está gravemente enfermo y encarcelado. En similar situación y alejados a cientos de kilómetros se hallan:

–José Ramón López de Abetxuko, vecino de Gasteiz, con afecciones de corazón y próstata, entre otras, en Villabona (Asturias), a 360 Kilómetros;

–Ibon Fernandez, vecino de Lasarte, con esclerosis múltiple, en Lannemezan (Francia), a 229 kilómetros.

–Aitzol Gogorza, vecino de Orereta, con enfermedad sicológica. Se encuentra en Basauri;

–Ibon Iparragirre, vecino de Ondarru, con VIH y lesiones neurológicas y de visión, entre otras, en Madrid, a 430 kilómetros;

–Josetxu Arizkuren, vecino de Iruñea, con cardiopatía isquémica y secuelas postoperatorias, en Pontevedra, a 1.360 kilómetros;

–Jose Miguel Etxeandia, vecino de Larrabetzu, con enfermedad sicológica, en Salamanca, a 433 kilómetros;

–Garikoitz Arruarte, vecino de Hernani, con espondilitis, entre otras afecciones, en Almería, a 993 kilómetros;

–Iñaki Etxeberria, vecino de Iruñea, miopía magna, entre otras afecciones relacionadas con la visión, en Salamanca, a 433 kilómetros;

–Gorka Fraile, vecino de Durango, con cáncer en lengua, en Badajoz, a 747 kilómetros;

–Jesus Mari Martin, vecino de Basauri, con enfermedad sicológica, en Zaballa.

Imaginar: ¿Quién no conoce alguna persona con alguna de estas enfermedades y las consecuencias que acarrean? Unas condiciones mínimas en el día a día son básicas para que una persona afronte cualquier enfermedad; más si son de gravedad y con limitaciones importantes como estas. Nada de eso es posible dentro de una cárcel, porque nada depende ti, ni de tu médico ni de tu familia: tu vida esta en manos de unas personas extrañas y en la mayoría de los casos hostiles, que no buscan tu mejoría, sino tu hundimiento humano y físico.

No hay nada que justifique el que hoy no esté entre las cuestiones urgentes a solucionar por los mandatarios el traer a los presos enfermos a casa. Hoy, ahora, necesitan tratar sus enfermedades en condiciones que les aporten tranquilidad, seguridad, eficacia y esa atención que les garantice qué es lo mejor para su salud, las ayudas que necesitan para que los males de hoy no traigan secuelas peores con el paso del tiempo. Hoy, aquí, ahora, es su deber traerlos a casa.

Para que los liberen, para que los traigan con sus familias... Estas personas necesitan nuestra ayuda. ¿Crees que tú también podrías hacer algo por ellos? Por ejemplo, el próximo sábado en la cadena humana convocada por Sare en Gasteiz.