Karabinagre: ¡Pero si no se ve un pimiento!
Por el toro que mató a San Saturnino! Qué tierno se puede poner este canso con sus dichosos momenticos sanfermineros. Que si la jota del pozo, que si el baile de la alpargata, que si el apartado... Pero qué aburrimiento de vida, siempre pendiente del reloj para no llegar tarde a la siguiente parida festiva. Porque, desde luego, dejar de echar tragos para ver el encierrillo tiene su delito. Más que todo porque ver, lo que se dice ver, no se ve un pimiento morrón. Con eso de que hacen la bendita carrera a oscuras, no hay forma de enterarse de nada. Te plantas en tu sitio, pones ojos de búho para intentar enterarte de algo y lo único que llegas a atisbar son unos bultos que pasan a toda leche cuesta arriba dejando un tufarro más terrible que el de la sobaquina del señor estirado que está a mi lado. Punto. Para más inri, no hay corredores que le pongan un poco de chispa al asunto y ni siquiera puedes decir nada, porque si abres la boca, se te echa la peña encima. ¡Ni que estuviéramos en misa!
Y por si fuera poco, a los vecinos de Arrotxapea nos cortan el camino para subir a lo Viejo a hacer el correspondiente mambo nocturno para que hagan el dicho traslado de corral a corral. Como para aguantar la chorrada en silencio. ¡No te amuela!

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Etxebarriazarragak jantzi du Bizkaiko txapela
