gara, donostia
EDITORIALA

Buen Gobierno, extraña negociación

Gracias a la voluntad de todas las fuerzas y de sus líderes, en respuesta al mandato claro de la ciudadanía navarra que ha apostado por el fin de la segregación, de la corrupción y por el cambio político, ayer se logró el acuerdo para conformar el nuevo Gobierno de Nafarroa. Uxue Barkos será la nueva presidenta y su Ejecutivo deberá llevar adelante el acuerdo programático acordado. Un programa ambicioso, explícito, a la altura del reto político.

El equipo se ha conformado en base al criterio establecido por la líder de Geroa Bai: en base a la valía de las personas, a su idoneidad para el cargo y a la confianza de la presidenta. Igual que ha aceptado algunas de las propuestas del resto de fuerzas, ha vetado otras. Visto el resultado, asumiendo el criterio establecido como el mejor, el modelo de negociación y la selección generan algunas dudas. Nada demasiado importante, quizás. Si en adelante se hacen las cosas bien, mejor.

Como principio, resulta impecable que se busque a las personas más adecuadas para cada cargo, a los mejores. Lógicamente, estas personas no siempre están integradas en los partidos, pero es lógico que estén cuando menos en sus órbitas. Tampoco se puede descartar por principio que en algunos casos las personas más idóneas sean militantes o dirigentes de partidos. Por ejemplo, sería injusto no reconocer y ponderar los profundos conocimientos de la Administración navarra y de Economía que tiene el hasta ahora presidente del Napar Buru Batzar del PNV, Manu Ayerdi. Pero su elección como vicepresidente tiene implicaciones que no han tenido un reflejo lógico en la configuración del equipo. No se entiende que Adolfo Araiz no sea vicepresidente, postulado por la propia Uxue Barkos.

En general, se trata de un Ejecutivo de gente talentosa, capacitada, profesional, que puede ser coherente con el mandato, disciplinada con su presidenta y rigurosa con el programa. Un buen Gobierno.