Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA

El PSE sigue marcándole públicamente el paso al PNV en el autogobierno

Iñigo Urkullu incumplirá su promesa de someter a «refrendo popular», en este 2015, el resultado del proceso parlamentario que debería establecer «un nuevo estatus político para Euskadi». Pese a ello, su socio de legislatura, el PSE, continúa lanzando advertencias al partido jeltzale en público para que no se le ocurra «ir más allá y poner puentes a la independencia».

La política vasca nos tiene acostumbrados a asistir a debates que a primera vista resultan extemporáneos y que solo pueden entrar en el apartado de lo comprensible si los enmarcamos en un contexto preelectoral como el actual. PSE y PNV han comenzado a jugar las pocas bazas de las que disponen para aparecer distanciados ante el electorado pese a que, desde hace casi dos años, mantienen un acuerdo de legislatura para dar estabilidad al Gobierno de Iñigo Urkullu.

Tras las elecciones locales y autonómicas celebradas en mayo, consciente de que gran parte de la opinión pública ha optado por fuerzas progresistas con siglas distintas a las suyas, el PSOE intenta retomar su imagen de «partido de izquierdas», lo que al sur del Ebro puede chocar con el pacto que le ata al PNV porque, por ejemplo, el PSE apoya, incluso junto al PP, reformas legislativas que van en contra de una fiscalidad progresiva.

Por ello, no sorprende que la disputa formal entre los dos socios se circunscriba a la cuestión nacional. Lo que sí resulta paradójico es que el PSE utilice un lenguaje alarmista cuando el PNV ni siquiera llegará a cumplir su programa electoral en esta cuestión.

Ni siquiera «entre iguales»

El encargado de reiterar ayer esa «advertencia» fue el secretario general del PSE de Gipuzkoa, Iñaki Arriola, quien, a través de una entrevista publicada por “El Correo”, comenta que el PNV «sabe que no es posible» llegar a acuerdos con su partido sobre el derecho a decidir ni tampoco en «el tema de la bilateralidad, del sujeto político entre iguales».

Respecto a una posible reforma del Estatuto, dice que el PSE está a favor de un «autogobierno avanzado», pero remarca que «no estamos en la complacencia de caer en posturas que se basen en la autodeterminación».

Lo cierto es que Urkullu no cumplirá con el compromiso que se recoge en el programa electoral que el PNV presentó en 2012 en el que se contemplaba el «establecimiento de un nuevo estatus político para Euskadi». No lo hará porque la ponencia parlamentaria no tendrá listo antes de que concluya la legislatura «un texto articulado» para presentarlo a debate al Pleno, cuyo resultado sería «sometido a refrendo popular» en 2015.

Quizás por ello mismo, Arriola no descarta un futuro gobierno de coalición entre los dos partidos «si hay coincidencia de objetivos programáticos».