Beñat ZALDUA
IRUÑEA
ELECCIONES EN GRECIA

Los críticos de Syriza irán en solitario a las elecciones, todavía sin fecha fija

El sector crítico de Syriza confirmó ayer que se presentará en solitario a las elecciones anticipadas griegas con el nombre de Unidad Popular. Tras la escisión, se han convertido ya en el tercer grupo parlamentario, lo cual impide que el último intento de formar Gobierno recaiga sobre los nazis de Amanecer Dorado. Las elecciones siguen sin fecha.

tsipras
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En las elecciones que con toda probabilidad se celebren entre setiembre y octubre, los ciudadanos griegos tendrán una nueva opción entre las papeletas electorales: Unidad Popular. Este es el nombre que el sector crítico de Syriza agrupado hasta ahora en torno a la Plataforma de Izquierda ha dado a la nueva formación, con la que ayer anunciaron que concurrirán a los comicios. Con el exministro de Energía Panayotis Lafazanis como principal figura pública, la candidatura concurrirá con un programa antiausteridad en el que defenderá la ruptura del tercer memorándum firmado por el primer ministro, Alexis Tsipras, y, por consiguiente, defenderá la salida de Grecia del euro. «El ‘No’ en el referéndum no quedará huérfano, nuestra bandera será ese ‘No’ que votó un 62%», aseguró Lafazanis.

Aunque, a falta de nuevas encuestas que lo confirmen, la perspectiva electoral de la nueva formación no es demasiado buena –la inmensa mayoría de griegos apuesta por seguir en el euro, según todos los sondeos–, la escisión en el seno de Syriza, que se ha traducido en la creación de un nuevo grupo parlamentario de 25 diputados, tiene el efecto automático de evitar que los neonazis de Amanecer Dorado reciban el encargo de intentar formar nuevo Gobierno.

Rebobinemos para entenderlo. Pese a lo engañoso de muchos titulares, el jueves Tsipras no convocó elecciones anticipadas, sino que presentó su dimisión y su renuncia a intentar formar un nuevo Gobierno, tras lo cual, el presidente de la República, Prokopis Pavlópulos, invitó ayer mismo a formar Ejecutivo al líder del conservador Nueva Democracia, Vangelis Meimarakis, quien anunció que se reunirá con la presidenta del Parlamento para explorar un acuerdo que sirva para «evitar las elecciones». Unos comicios que no interesan a los conservadores, ya que todas las encuestas –previas a la escisión de Syriza, eso sí– dan la victoria a Tsipras, quien espera aprovechar el leve viento a favor de los nuevos préstamos para reforzarse antes de tener que afrontar los durísimos ajustes a los que obliga el nuevo rescate.

Meimarakis tiene ahora tres días para, previsiblemente, fracasar, tras lo cual Pavlópulos invitará a intentar formar Gobierno a la tercera fuerza, que hasta ayer era Amanecer Dorado, pero que ahora es el nuevo partido surgido de la escisión de Syriza. Si como se espera, la formación encabezada por Lafazanis tampoco consigue formar Gobierno, entonces se convocarán las elecciones. Como fecha más probable, los medios griegos barajan el 20 de setiembre, aunque todo dependerá de cuánto se alargue el proceso previo.

Falta por ver ahora cuántos cuadros de Syriza consigue atraer la nueva formación. En este sentido, una de las principales incógnitas es el mediático exministro de finanzas Yanis Varoufakis, que ayer rompió el silencio de los últimos días para dar a entender que no se volverá a presentar con Syriza: «Si las elecciones anticipadas desembocan en un gobierno y en un partido que habrán recibido un mandato popular para aplicar el acuerdo del 13 de julio (el del rescate), evidentemente no podré formar parte». No se sabe, sin embargo, si dará apoyo al nuevo partido o pondrá fin a su breve pero intensa carrera política para volver a la universidad.

Arma doméstica en el Estado

Pese a la insaciabilidad de algunos líderes europeos como el ministro de finanzas eslovaco, Peter Kazimir, que ayer calificó de «cínico» a Tsipras, la dimisión y las consiguientes elecciones fueron encajadas con absoluta normalidad en el conjunto de la Unión Europea, donde todos son conscientes de las pocas posibilidades que tiene cualquier candidatura que abogue por la salida del euro. «No estamos preocupados por la implementación del programa. Las reformas han sido decididas por el Gobierno y votadas por el Parlamento», zanjó la portavoz comunitaria, Annika Breidhardt.

En cuanto al Estado español, las elecciones griegas coincidirán más o menos con las plebiscitarias catalanas y condicionarán de forma clara los comicios generales posteriores. El PP ya dejó claro ayer que piensa utilizar a Tsipras como azote, no solo contra Podemos, sino también contra el independentismo catalán, sin pensar quizás en las consecuencias de una nueva victoria de Syriza. Por lo pronto, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, además de figura al alza en el partido, Andrea Levy, recordó que «la izquierda radical populista» del Gobierno griego «es la amiga de Podemos», al tiempo que destacaba las supuestas «similitudes» entre Mas y Tsipras.

Por su parte, Podemos volvió a salir en defensa de Tsipras y Syriza, aunque el mensaje oficial del partido quedó empañado por las dudas expresadas por figuras relevantes de la formación como la líder en Andalucía, Teresa Rodríguez (que luego se retractó), o el exdirigente Juan Carlos Monedero.