Amalur ARTOLA
EL CINE Y LAS LENGUAS NO HEGEMÓNICAS

La música de las lenguas puede superar cualquier hegemonía

El museo San Telmo se convirtió ayer en espacio para debatir el papel que juegan las lenguas no hegemónicas dentro del cine europeo. Los ponentes aseguraron que no dejarán de producir en la lengua que dé sentido a sus producciones.

A nadie se le escapa que las producciones cinematográficas rodadas en lenguas consideradas hegemónicas (léase inglés, francés, español y alemán) tienen más fácil acceso a la internacionalización. Frente a eso, las no hegemónicas o lenguas minorizadas han de sobrevolar cientos de dificultades para que sus películas se vean en países ajenos a su lengua. Para hablar de esta realidad se reunieron ayer en el museo San Telmo de Donostia el escocés Ben Sharrock –que se estrena como cineasta con “Pikadero”, film rodado en euskara que se presenta dentro de Zinemaldia–, el escritor, poeta, músico y guionista islandés Sjón –conocido también por sus colaboraciones con la también islandesa Björk y nominado al Óscar por su labor como músico en “Dancer in the Dark”, de Lars von Trier– y Xabier Berzosa, productor de cintas como “Aupa Etxebeste!”, “80 egunean”, “Lucio” o “Loreak”.

En la antesala de Zinemaldia, el debate, organizado por el museo, Donostia 2016 y la Viceconsejería de Cultura de Lakua –entre los asistentes se encontraba el viceconsejero Joxean Muñoz–, se centró en el circuito europeo donde, según la moderadora, Marian Fernández, productora de Txintxua Films, las lenguas no hegemónicas lo tienen crudo.

Preguntado por su elección por rodar en una «lengua de pocos hablantes», como las definió Sjón, el islandés aseguró que en su país tienen «confianza en nuestro idioma, porque es importante para nuestra autoimagen y nos hace sentir que podemos salir al mundo y estar, con nuestra lengua, junto a otras naciones». Opinó que las historias que se cuentan en el cine siempre tienen que ver con una realidad, con un lugar y con unas gentes, por lo que lo natural es rodar en la lengua autóctona. «Lo contrario desvirtuaría la historia, no tendría sentido», aseveró. A este respecto, Sharrock narró que “Pikadero” ha sido realizada entre Escocia y Euskal Herria, y obtuvo la inspiración en esta última nación: «La historia la escribí rodeado de euskara, fue algo orgánico y natural rodarla en euskara porque es donde la historia transcurre».

Berzosa remarcó que el cine rodado en euskara debería superar la barrera de las políticas lingüísticas «e ir más asociado a la cultura propia». En referencia a “Loreak”, aseguró que «en Madrid nos siguen preguntando por qué la rodamos en euskara, que hubiese tenido más éxito en español...». A este respecto, además de reconocer que la versión doblada al español no obtuvo la respuesta esperada («ahora dicen que en vez de “Loreak” la deberíamos haber titulado “Flores”», se lamentó), aseguró que «de cien películas que se hacen en español diez son rentables, y las otras ochenta se quedan en tierra de nadie. Nosotros, con cuatro, tenemos una rentable y otra en circuitos y festivales. Un 70% de acierto, frente a un 10%».

El fantasma del doblaje

Para los films rodados en euskara el rodaje al español suele ser prácticamente inevitable. A este respecto, Sharrock remarcó que en Escocia las versiones dobladas apenas existen y que ni siquiera llega a entender cómo alguien puede preferir un film doblado a otro en versión original subtitulado: «Para mí es muy difícil de entender, porque nosotros no tenemos películas dobladas, y a la gente le da igual si la película es en húngaro o japonés, oyes esa música de otros países y está subtitulada, y toda esa hegemonía se viene abajo».

Berzosa recalcó que no cree que los films en euskara doblados al español tengan más espectadores y Sjón remarcó que «si la versión original está bien para la Academia, estará bien para todos. Espero que tu película consiga el Óscar».