En ningún lugar como en casa. Eso debe pensar el Oiartzun, que se muestra intratable en el Karla Lekuona. Pagó la novatada dejando escapar dos puntos en su debut pero se ha resarcido después imponiéndose a Collerense y, ayer, Santa Teresa. Dos triunfos doblemente importantes por tratarse de rivales directos.

El de ayer llegó en un partido emocionantísimo, que confirma el gusto de las guipuzcoanas por los finales intensos. Todo sucedió en la segunda parte, en la que se adelantaron las pacenses, por medio de Vania. Reaccionó el equipo de Jon Alkorta, que supo trasladarlo al marcador con los tantos de Jone Bilbao y Evelyn. Se intuía ya el último minuto cuando Joana Arranz restableció el empate pero, lejos de enfriarse con el jarro de agua, el Oiartzun apretó los dientes para exprimir el descuento. Y tuvo premio, con el gol de Esti Bajo, que daba los tres puntos a su equipo para colocarle en una soprendente séptima plaza en vísperas de visitar a la Real en Zubieta.