Voluntarios en Lesbos reclaman ayuda para evitar más tragedias
Más de 218.000 migrantes y solicitantes de asilo llegaron en octubre a Europa a través del Mediterráneo, una cifra récord que, según el ACNUR, equivale al número total registrado durante 2014. En Lesbos, los voluntarios piden más medios para evitar los naufragios.

Más de 218.000 migrantes y refugiados llegaron a Europa cruzando el Mediterráneo en octubre, un «récord mensual» que casi iguala el número del conjunto de 2014, cuando se registraron 216.054 llegadas. «El pasado mes marcó un récord», remarcó Adrian Edwards, portavoz del ACNUR. Con las llegadas de octubre, ya son más de 744.000 los inmigrantes que, desde enero hasta la fecha, han tratado de cruzar dicho mar.
En ese intento, unas 3.440 personas murieron o resultaron desaparecidas en lo que va de año. Estos datos no incluyen la última tragedia, en la que al menos 15 personas, entre ellas dos niños y cuatro bebés, se ahogaron el fin de semana en el mar Egeo cuando dos lanchas procedentes de Turquía naufragaron.
Las cifras de octubre demuestran que pese al empeoramiento de las condiciones climáticas, a medida que se acerca el invierno, siguen llegando refugiados de Siria y otros países en guerra, temerosos de que Europa cierre aún más sus fronteras.
En la isla griega de Lesbos, los voluntarios reclaman más medios para evitar naufragios. «Esto es una locura. Carecemos de equipamiento médico suficiente y de medios», denunció a AFP Essam Daod, un voluntario de Lesbos impactado por las imágenes de los recientes naufragios en los que han fallecido decenas de personas.
Sintiéndose abandonados por las autoridades griegas y europeas, los voluntarios se organizan entre ellos para poder dar asistencia a las miles de personas que llegan a diario a la isla por la parte norte. «No tenemos suficientes botellas de oxígeno y solo hay dos ambulancias disponibles en Lesbos», se lamenta. La semana pasada fue particularmente dura para los voluntarios, con una veintena de víctimas ahogadas a lo largo de la isla. «Cuando eres médico, tu objetivo es salvar vidas, y cuando alguien se te muere, te sientes culpable y no puedes evitar tener pesadillas», señala Essam Daod con lágrimas en los ojos.
«La imagen del pequeño Aylan (niño sirio de tres años que se ahogó a principios de setiembre cerca de la costa turca) causó un gran revuelo mediático, pero parece que a nadie le preocupan los cuerpos de seis niños pequeños que estos días he visto tendidos en la playa», resalta a modo de crítica.
Amy Shrodes llegó a Lesbos desde Michigan, Estados Unidos, conmovido por las imágenes de los refugiados. «La mayoría de los voluntarios que estamos en Lesbos no pertenecemos a una gran ONG como tal. Hemos venido por solidaridad y, afortunadamente, los isleños están ayudando mucho».
Es el caso de Alexandra S., una estudiante de la capital isleña, Mitilene, que ofrece comida y bebida caliente a los refugiados nada más desembarcar.
«El Ayuntamiento, lamentablemente, no es todo lo activo que debería de ser con esta cuestión. Las autoridades están desorganizadas y los voluntarios están solos en esta parte de la isla», se queja.
El alcalde, Spiros Gallinos, se defiende de estas críticas asegurando que están haciendo lo posible para mejorar la situación. «Estamos mejor organizados ahora que en verano, pero aún seguimos esperando más ayuda de nuestros socios europeos», subraya.
«Desde la Alcaldía estamos invirtiendo muchos recursos económicos y energía para responder a esta situación, pero no son suficientes. ¿Cómo una pequeña isla como Lesbos puede hacerse cargo de la llegada diaria de 6.000 personas?», se pregunta.
Daod también denuncia la ausencia sobre el terreno de organizaciones de gran envergadura como la ONU, incidiendo en la sensación de soledad y falta de apoyos exteriores.
Alessandra Morelli, coordinadora jefe del ACNUR para las Operaciones de Emergencia en Grecia, instó a reforzar las operaciones de búsqueda y rescate para reducir los riesgos. «Nuestros temores se han hecho realidad. Vemos casi a diario cómo mueren en su intento de alcanzar Europa niños, padres, ancianos y jóvenes», manifestó tras los últimos naufragios.
Reclamó con urgencia la puesta en marcha de «programas de reunificación familiar más amplios y flexibles, visados humanitarios, visados para estudiantes y programas más robustos de reasentamiento».
Irán, «ejemplo para el mundo» en atención a refugiados
Con casi un millón de refugiados dentro de sus fronteras, casi todos procedentes del conflicto afgano, la actitud de Irán constituye por su atención, dedicación y generosidad, un modelo que la propia ONU considera «un ejemplo para el mundo».
Acceso a un seguro médico universal como el que tienen los iraníes, educación gratuita para casi 35.000 niños y adolescentes afganos en las escuelas públicas, acceso a la universidad y a cursos de formación técnica y el permiso para que los refugiados elijan libremente su lugar de residencia son algunos de los rasgos del tratamiento que Irán da a los desplazados. Así lo reconoce el ACNUR, que resalta que durante los últimos 35 años, Irán ha sido uno de los países del mundo con mayor número de refugiados. «Para la ONU diría que por ejemplo la apertura del seguro médico universal para los refugiados constituye un salto cuántico en cuanto al tratamiento ejemplar de estas personas en el mundo. Lo vemos como un ejemplo muy positivo y esperamos que sea imitado», señala a Efe Sivanka Dhanapala, director del ACNUR en Irán.
«La provisión de asilo es un concepto muy metido en la religión chií. Cuando llegaron los primeros refugiados desde Afganistán, el entonces líder supremo Ruhola Jomeini declaró a su pueblo que todos los afganos eran hermanos de los iraníes y debían ser protegidos. Eso se mantiene», añade.Alvaro MELLIZO (Efe)

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