T. FERNÁNDEZ
13-N EN PARÍS

«Paris la nuit»: Esta será, de nuevo, una noche muy larga

La mayoría de las 129 víctimas mortales de los atentados disfrutaba de una noche de ocio; otras fueron alcanzadas cuando iban a hacer las compras o mientras regresaban caminando a su casa. Era la noche de un viernes cualquiera en esta zona de París.

Las calles y los bulevares que parten de la orilla derecha del Sena junto al Canal de Saint-Martin y desembocan en la plaza de la República conforman una de las zonas de moda para quienes salen de noche a disfrutar del fin de semana, ya sea para tomar un trago, para cenar con la cuadrilla o para asistir a un concierto. Hoy el ambiente nocturno será muy distinto. Hace siete días, a las 21.25 comenzaba el primer tiroteo ante el bar Le Carrillon y el restaurante Le Petit Cambodge; siete minutos después sucedía lo mismo ante la terraza de La Belle Époque; y, poco antes de que dieran las diez de la noche, el Bataclan se convertía en un dantesco escenario. En ese mismo espacio de tiempo, en Saint-Denis, tres kamikazes se hicieron explotar ante el Stade de France.

Han sido necesarios cinco días para que todas las víctimas mortales fueran identificadas oficialmente. Sus nombres, fotografías y datos biográficos dan forma a un puzzle de personas con perfiles muy distintos.

Hablar de «generación Bataclan» es generalizar mucho. Ciertamente, entre los 89 fallecidos en la sala de fiestas hay muchos jóvenes, la mayoría entre 25 y 40 años. Pero allí también se encontraban Lola Ouzounian, una armenia de 17 años, y la francesa Suzon Garrigues, de 21. Habían ido a escuchar a Eagles of Death Metal, al igual que Jean-Jacques Amiot (68 años), que se encontraba en primera fila, o Patricia San Martin (61), que acudió con su hija Elsa Deplace (35). Ambas fallecieron; la madre, chilena, llegó a París en 1973 huyendo de la dictadura militar de Pinochet. Anne Cornet (29) y su esposo, Pierre-Yves Guyomard (43) son otra de las parejas que habían decidido pasar allí la noche de fiesta, como Précilia Correia (35) y su novio, Manuel Perez (40).

Sin salir del barrio

La muerte de Stéphane Hache (52) también está relacionada con el Bataclan, pero no se hallaba allí, sino que la bala le alcanzó mientras se encontraba en su apartamento, frente a la sala de conciertos. La joven Asta Diakité había salido a hacer las compras y fue tiroteada mientras estaba en el interior de su coche, en la calle Bichat, cubriendo a su sobrino. A esa hora, su primo Lassana Diarra disputaba el Francia-Alemania en el estadio de Saint-Denis .

Chloé Boissinot (25) había ido a cenar en Le Petit Cambodge, sin salir del barrio donde vivía. Su novio también fue alcanzado por las balas, pero salió vivo del lugar.

Lamia Mondeguer (30) se crió en una vivienda ubicada a 300 metros de La Belle Équipe, donde celebraba un aniversario con su novio, Romain Didier (32), que también falleció, y un grupo de amigos.

En la misma terraza se encontraban las hermanas Saâdi, Halima (37) y Hodda (35). La segunda era una de las gerentes de La Belle Équipe y estaba festejando su cumpleaños. Entre sus amigos, Lacramioara Pop (29) y Ciprian Calciu (28), una pareja de nacionalidad rumana. Todos cayeron muertos.

En Le Petit Cambodge estaba cenando Raphaël Hilz (28), con dos amigos, uno irlandés y otro mexicano, que resultaron heridos. Más lejos, en Saint-Denis, falleció Manuel Dias (63), que llegó como emigrante de Portugal hace 45 años. Por su trabajo de chófer, había llevado al estadio a tres aficionados y fue víctima de uno de los kamikazes.

A todos ellos hay que añadir más de 200 personas que siguen hospitalizadas –medio centenar en cuidados intensivos– y todos los supervivientes que van hilando el relato de una trágica noche en París.