Iñaki ALTUNA
Cuaderno de campaña en NAIZ

¡Es la estrategia, estúpido!

La encuesta de Aztiker revelaba anteayer que el modelo catalán no levanta pasiones todavía entre la población vasca. Pero la de ayer, en su previsión electoral, indicaba algo aparentemente contradictorio: que la oferta del constitucionalismo español hace agua. ¿Cuál es la conclusión?

El titular de la crónica de ayer de este cuaderno de campaña en NAIZ era: «¿Abrirle un segundo frente al Estado en Euskal Herria?». En él se constataba un «impasse» en el proceso político vasco, a tenor de algunos datos de la encuesta de Aztiker (en su primera parte publicada anteayer) que indican que la vía catalana como modelo no ha impactado lo suficiente en Euskal Herria.

GARA y NAIZ ofrecían ayer la proyección electoral de esa misma encuesta, con el dato más que significativo de que los partidos tradicionales del unionismo español se hunden aún más y de que, sin embargo, la alternativa a esa oferta de proyecto de España que representa Ciudadanos no consigue irrumpir con una fuerza equivalente. Está muy lejos de las previsiones que tiene para las provincias españolas. Solo Podemos parece tener buenas expectativas en los territorios vascos, la única fuerza de las cuatro que habla de derecho a decidir, si bien es cierto que su discurso crítico con el «régimen del 78» se ha aguado un tanto.

Las elecciones generales son las más óptimas para los partidos de obediencia estatal, ya que una de las grandes cuestiones que centran la atención es quién ostentará la presidencia del Gobierno español. Han sido las elecciones por antonomasia para PP y PSOE en Euskal Herria, hasta el punto de que ambos partidos, cada uno en su momento, han arrasado también en las urnas vascas. Y al segundo tampoco le ha ido mal.

Esa realidad ha variado con la crisis política abierta en el Estado y con la irrupción de los denominados partidos emergentes. Sin embargo, según la foto que ofrece la encuesta de Aztiker, la nueva situación no es tal en Euskal Herria. Como dato más significativo, la pérdida de escaños de PP y PSOE no se compensa con Ciudadanos.

PP, PSOE y Ciudadanos son los tres partidos que más y con más ahínco han hablado de la unidad de España para hacer frente al proceso catalán, ese mismo cuya rueda no ha cogido, aún, la ciudadanía vasca. Es decir, las tres fuerzas representan, en el ámbito electoral e institucional, el proyecto constitucional español y, por lo tanto, se puede deducir que los ciudadanos y ciudadanas vascos no lo compran.

Aunque la vía catalana no haya prendido lo suficiente entre nosotros, se puede colegir de ello que la desafección hacia el citado proyecto constitucional que niega la existencia de la nación vasca e impide el ejercicio del derecho a decidir ha aumentado notablemente en el nuevo ciclo político.

O si se quiere, se puede interpretar que existen las condiciones para buscar otra realidad política e institucional para el pueblo vasco, una vez constatado el descontento respecto al régimen uniforme español. Y que lo que hace falta es acertar en la estrategia adecuada para buscar esa nueva realidad de reconocimiento nacional y ejercicio pleno de derechos.

«¡Es la economía, estúpido!». Esa fue la frase y la idea del asesor James Carville con la que el candidato demócrata Bill Clinton desmontó la supremacía republicana de Bush padre y ganó las elecciones. Una frase que, en sus múltiples variaciones, ha servido para destacar lo que se considera lo esencial. En el caso vasco, una estrategia que haga saltar inercias y bloqueos.