I.S.
GASTEIZ

Vecinos de Zuia exigen una solución a la contaminación acústica

El día a día de Mari Jose Aguirre se ha convertido en «un horror». Así lo denunció ayer esta vecina de Murgia frente al Palacio Foral de Araba, a donde acudió para reclamar una solución al alto nivel de ruido que soporta en su caserío, situado junto a la carretera N-622.

En delaciones a los medios, explicó que su pesadilla comenzó hace año y medio, cuando el Gobierno de Javier de Andrés decidió talar los arboles que rodeaban su vivienda para mejorar, supuestamente, la seguridad vial. «Cortaron robles y avellanos. Y se echan de menos», señaló tras reconocer que desconocía la capacidad de protección acústica que ofrecían. «Ahora se nota mucho ruido. Y está siendo muy duro no poder salir a la calle para estar en la huerta», afirmó.

El problema también afecta a viviendas de Sarria y Ametzaga, donde reside el hijo de Aguirre. «A partir de la tala de árboles tiene que estar con la ventana cerrada», denunció esta mujer, que, junto con otros afectados, ha recogido más de 500 firmas para exigir a las instituciones una solución definitiva a la contaminación acústica.

Mapa del Ruido

Según informó ayer el “Diario de Noticias de Álava”, Aguirre deberá esperar a la aprobación de los nuevos Mapas del Ruido, en los que está trabajando la Diputación de Araba. A este respecto, cabe señalar que el pasado 27 de julio el Departamento de Infraestructuras Viarias y Movilidad ordenó la elaboración de un Plan de Acción que identificará las zonas de intervención prioritaria.

El plan foral recogerá los niveles de ruido de las zonas más afectadas, y propondrá medidas correctoras, destinadas a paliar este problema.