La Vuelta 2016 se presentó ayer en Santiago de Compostela sin sorpresas porque el diario oficial ya se había encargado de desvelar sus etapas el día anterior. Lo que ayer se terminó de conocer fue el recorrido de cada una de ellas, los puertos de una edición montañosa que presentará diez finales en alto, entre los que destaca la llegada al Aubisque, y dos etapas con meta en Euskal Herria en Bilbo y Urdazubi Dantxarinea.

La Vuelta comenzará el 20 de agosto en el Balneario Laia en Ourense con una crono por equipos de 29,4 kilómetros que marcará las primeras diferencias y tendrá finales en alto en más de la mitad de las etapas. Las diez llegadas en subida son las del Mirador de Ézaro, San André de Teixidó, La Camperona, Naranco, Lagos de Covadonga, Peña Cabarga, Aubisque, Formigal, Mas de la Costa y Aitana.

Las dos etapas vascas no tendrán final en alto, pero sí puertos de montaña. Como en 2011, se subirá antes de llegar a Bilbo dos veces El Vivero, la segunda a 13 kilómetros de meta, donde Igor Antón se marchó hacia la victoria. Más dura será la etapa de Urdazubi, que pasará de Bizkaia a Gipuzkoa por la N-634 con las subidas a Itziar y Orio, no puntuable, antes de subir Igeldo para bajar a Donostia y tras llegar a Oiartzun encadenar Aritxulegi, Agina, Lizaieta, Urbia y Otsondo, a seis de meta tras 213 de recorrido. Todos los demás puertos están catalogados de Tercera, aunque Aritxulegi y Agina podían ser Segundas.

La etapa reina, en Pirineos

Euskal Herria también será escenario de la salida de la decimocuarta etapa desde Urdazubi con final en el Aubisque tras diecisiete kilómetros de subida de categoría especial tras superar antes tres Primeras, el Col Inharpu, La Pierre de Saint-Martin y el col de Marie-Blanque.

La Vuelta se decidirá en la crono del antepenúltimo día en Calpe de 39 kilómetros y en el último final en alto de Aitana tras subir 22 kilómetros al 5,7% de media. Antes de este puerto se superarán Rates (2ª), Ebo (3ª), Tolos (2ª) y Tudons (2ª).

El resto de los finales en alto no presentan gran dureza en las etapas en un planteamiento similar al que permitió que la emoción se mantuviera hasta el final en la última edición.

Guillén aspira a superarse

«Esa Vuelta quedó para la historia y será difícil de superar, pero con este recorrido que presentamos aspiramos a ello», dijo Javier Guillén, director de la Vuelta en la presentación de ayer.

Guillén se mostró especialmente feliz porque la Vuelta vuelva a Bilbo: «Ya en 2011 me dio la mayor satisfacción desde que ocupo este cargo. Teníamos la deuda de volver y por suerte lo hemos conseguido».

Sobre la participación, que se verá perjudicada por la disputa de los Juegos después del Tour, el director de la Vuelta dijo que «aún es pronto para hacer planes, pero aspiramos a que sea la mejor posible. Corredores como Nairo Quintana y Purito Rodríguez han mostrado ya interés, pero hay que ver cómo se desarrolla la temporada. El año pasado, sin esperarlo, tuvimos la mejor participación de la historia».

El que sí está previsto que participe como líder del Sky es Mikel Landa, que ayer acudió a la presentación y señaló que «es una Vuelta muy atractiva para cualquier corredor y para los espectadores. Un espectáculo».

En una presentación en la que Pablo Lastras recibió un homenaje tras su retirada, estuvieron otros ciclistas vascos que tuvieron una destacada participación en la pasada edición como Romain Sicard y Omar Fraile. Se echó de menos la presencia en Santiago de Compostela de los corredores de más nivel del pelotón, que se encuentran inmersos en la preparación del comienzo de temporada en el Tour de San Luis y Down Under.