Maitane ALDANONDO
Donostia

EL EMPRENDIZAJE EN RESPUESTA A LA FALTA DE OPORTUNIDADES LABORALES

Amaia Santa Eulalia es la emprendedora que ha puesto en marcha La Maceta Amarilla. La joven bióloga se dedica al diseño e instalación de huertos urbanos en balcones. Contenta pero cauta respecto al futuro de su iniciativa, se conforma con haberlo intentado.

La Maceta Amarilla es la iniciativa empresarial puesta en marcha por Amaia Santa Eulalia, dedicada a diseñar e instalar huertos urbanos en balcones y terrazas. Licenciada en Biología y con un máster en medioambiente, fue consciente de que sus posibilidades de trabajar por cuenta ajena eran limitadas. Por eso decidió emprender. Entre 2011 y 2013 participó en el Programa Emprendizaje NOLA de la Fundación Novia Salcedo. Recuerda que «nos juntamos un grupo de seis personas para montar algo relacionado con los servicios medioambientales. No salió, pero aprendí bastantes cosas». Posteriormente le concedieron una beca Leonardo Da Vinci para realizar prácticas profesionales en Roma (Italia), y durante esa estancia le surgió la idea de negocio. A su regreso en marzo de 2015, la puso en marcha. Participó en formación impartida por Fomento de San Sebastián, que le sirvió para adquirir conocimiento básico sobre algunas cuestiones administrativas de las empresas. Aún así, sostiene que son esas labores las más complejas de este inicio.

Los primeros encargos fueron de gente conocida y, gracias al boca a boca y a las redes sociales, se dio a conocer. Consciente de la necesidad de una mayor visibilidad, el pasado noviembre abrió un local en una zona céntrica de Donostia. La inversión inicial ha sido mínima, destinada a la adquisición de materiales y al alquiler del local, ya que lo ha acondicionado ella misma con ayuda de su círculo cercano. «No he hecho un cómputo global de cuánto he gastado en total, sé que no es mucho porque no he pedido préstamos ni tenía muchísimo ahorrado. Pero si tuviera que aconsejar a alguien que va a montar un negocio le diría ‘ten 5.000 euros preparados para estar tranquilo’. Solamente para ponerse en marcha y tener un local».

Quiere acercar «al público más urbanita» la experiencia de cultivar sus propias hortalizas y plantas aromáticas de manera sencilla y cómoda. Utiliza materiales vistosos que además de para cultivar sirven para decorar. «Combino las plantas aromáticas culinarias y hortalizas de temporada con algo que sea bonito, que decore, e incluso, se pueda regalar». Entre los cultivos, básicos, como el tomillo, el orégano o la lechuga, y otros más especiales, como la menta poleo, la stevia, la lavanda o las zanahorias de colores. El cliente puede escoger la planta y la maceta que más le gusten u optar por alguno de los tres packs que ha preparado. El precio de los mismos oscila entre los 50 y los 100 euros, dependiendo de sus características. Además de los cuidados básicos, la cuantía incluye la instalación de los huertos a domicilio.

La emprendedora explica que sus clientes son principalmente de Donostia y la zona, y que van «desde quienes tienen huerta y se lo han llevado para tener algo en casa, hasta gente joven que nunca ha tenido una planta. Piensan que ya que van a tener una, al menos la puedan utilizar. También lo compran como regalo original». Santa Eulalia está satisfecha ya solo con intentarlo y cree que con la apertura de la tienda se está viendo de verdad el potencial del proyecto. La idea del mismo responde en cierta medida al creciente interés por los alimentos locales y de temporada. Las primeras semanas del comercio han coincidido con la época navideña, lo que ha contribuido positivamente. Está contenta con la respuesta recibida, pero sostiene que es pronto para hacer valoraciones. «Es verdad que he tenido un muy buen comienzo, pero me imagino que no será como Navidades dentro de un año. Tengo ganas de esperar y ver. Estos meses serán más bajitos, pero hay gente que me ha dicho que vendrá hacia la primavera», afirma.

suplir las carencias aprendiendo «sobre la marcha»

Pese a haberse formado en emprendizaje, la responsable de La Maceta Amarilla, Amaia Santa Eulalia, reconoce que hay muchas cosas que «se aprenden sobre la marcha». «Me enseñaron cómo buscar la idea, los nichos, algunas nociones sobre las declaraciones del IVA, del IRPF… Pero nadie te dice cómo contactar con proveedores, te pones a buscar un local y no sabes los requisitos que te piden, los permisos...». Intenta suplir sus carencias consultando a profesionales y buscando ayuda a través de Internet. «Me siento un poco perdida con todas las obligaciones. Lo estoy haciendo todo, pero cuando tenga algo más de volumen de trabajo y gane más, iré a una asesoría». M.A.