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Inseguridad y desconfianza mutua como telón de fondo del Foro de Davos

Líderes políticos mundiales, grandes empresarios y representantes del ámbito social se reunirán esta semana en el Foro de Davos que anualmente se celebra en Suiza. Analizarán los principales retos a escala mundial, centrados en las tensiones geopolíticas y económicas.

La pequeña localidad de Davos, en los Alpes suizos, acoge desde el miércoles hasta el sábado a los líderes de los estados y de las corporaciones más influyentes en una cita destinada a buscar soluciones a las crisis geopolíticas y económicas que han extendido la inseguridad y la desconfianza mutua.

La 46ª edición de este encuentro organizado por el denominado Foro Económico Mundial, se desarrollará en un contexto en el que el temor por la «amenaza terrorista» y la falta de respuestas coherentes ante la crisis de refugiados en Europa se combinan con las dificultades que encuentra la economía mundial para volver a despegar y el fuerte repliegue de las economías emergentes.

Según comenta la periodista de la agencia Efe Isabel Saco, a pesar de su medio siglo de existencia, el atractivo del Foro de Davos no decae, sino que más bien parece reforzarse, sobre todo después de pasar revista al listado de participantes, entre los que figuran 40 jefes de Estado y de Gobierno.

EEUU envía este año a la delegación más importante que se recuerde, con el vicepresidente Joe Biden a la cabeza y los titulares de seis carteras, entre ellos los secretarios de Estado, John Kerry; de Justicia, Loretta Lynch; y del Tesoro, Jacob Lew.

De Gran Bretaña y el Estado francés acudirán sus primeros ministros, así como el vicepresidente de China, en un grupo del que se extraña a la canciller alemana, Angela Merkel, asidua de Davos pero que ahora debe gestionar la situación provocada por las agresiones sexuales ocurridas en Nochevieja en Colonia.

Rusia envía a uno de sus viceprimeros ministros, lo que deja la impresión de que prefiere mantener a sus principales figuras políticas alejadas de las críticas por algunas de sus actuaciones en la escena internacional.

Es de esperar que la representación latinoamericana genere expectativa, con el estreno internacional del presidente de Argentina, Mauricio Macri, y la presencia del mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, para valorar la recta final de las negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, tendrá una misión menos agradable, la de convencer a los inversores de los atractivos de su país, gravemente afectado por la violencia relacionada con el narcotráfico. El mandatario peruano, Ollanta Humala, completa el grupo de presidentes latinoamericanos que se trasladarán a Davos.

Petróleo y desempleo

El informe “Riesgos globales 2016”, elaborado por el Foro de Davos, ofrece algunas pistas sobre los principales temas que durante los tres días de encuentros se pondrán sobre la mesa. Así, el cambio climático, el shock en el precio de la energía o el desempleo estructural figuran como temas clave.

Además de medir la probabilidad de los riesgos y su impacto potencial, el informe también analiza las interconexiones. Concretamente, en la parte alta de la escala, los dos riesgos más interconectados de 2016 serán la profunda inestabilidad social y el desempleo estructural o el subempleo, que representan el 5% de las interconexiones.

El análisis de este año revela, según el citado informe, nuevos patrones en economías avanzadas y emergentes. En concreto, el desempleo y el subempleo se han constatado como el riesgo que más preocupa a la hora de hacer negocios a más de un cuarto de las 140 economías cubiertas, y sobresale como el riesgo principal en África subsahariana y Oriente Medio-Norte de África.

En lo que respecta al shock del precio de la energía, con el petróleo como principal protagonista, además de consolidarse como el riesgo más extendido, se ha situado entre los cinco primeros a la hora de hacer negocios en 93 economías.

En este contexto, el informe propone como principal medida para afrontar los riesgos previstos para la década «construir una gran resistencia», lo que requiere «una mayor cooperación público-privada».