Piden a la ONU que verifique la tregua y el desarme
El Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron un acuerdo para crear una misión que se encargará de verificar la tregua bilateral y la entrega de armas. Se tratará de un mecanismo formado por ambas partes, además de observadores de la ONU y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

«Hemos decidido crear un mecanismo tripartito de monitoreo y verificación del acuerdo sobre el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de las armas, que genere confianza y dé garantías para su cumplimiento», anunciaron ayer el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El mecanismo estará formado por representantes de ambas partes, además de un componente internacional, con una misión política integrada por observadores de la ONU y de países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
«Hemos decidido solicitar al Consejo de Seguridad de la ONU la creación desde ya de esa misión política con observadores no armados por un período de 12 meses, prorrogables a petición del Gobierno y las FARC; así como (preguntar) a los países miembros de la CELAC sobre su disponibilidad para contribuir en dicha misión», explicaron.
Desde La Habana, los negociadores del Gobierno y la guerrilla aseguraron que los observadores internacionales gozarán de plenas garantías de seguridad y reiteraron su compromiso «para lograr un acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, incluido un acuerdo sobre el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de las armas».
En estos tres años de negociaciones el Ejecutivo de Juan Manuel Santos y la guerrilla han alcanzado cuatro acuerdos parciales –desarrollo agrario y rural, participación política, cultivos ilícitos y víctimas– pero aún quedan por cerrar los referidos al fin del conflicto y a la ratificación y verificación de lo pactado. Se han puesto como fecha límite para sellar la paz el próximo 23 de marzo, por lo que han decidido acelerar el ritmo de las conversaciones en La Habana. Hasta entonces, todo lo pactado permanecerá en el aire.
Un paso «determinante»
El jefe del Gobierno en las negociaciones de paz, Humberto de la Calle, sostuvo que el acuerdo alcanzado ayer es determinante para poner fin al conflicto. «El paso que hemos dado hoy es especialmente significativo en el camino hacia el fin del conflicto armado que ha afectado a los colombianos por más de medio siglo», afirmó en La Habana. A su juicio, «estamos recorriendo ya los pasos que llevarán a la concreción de estas conversaciones de paz», de modo que no se trata de «cualquier momento» sino de «un momento determinante» en el proceso.
El jefe negociador indicó que la supervisión de la ONU y la CELAC «es un mensaje de tranquilidad para los colombianos. No estamos pensando en maquillar un cese de fuego ficticio» y recalcó la seriedad de las partes en las negociaciones y su «inequívoca muestra del deseo de finalizar la confrontación».
Por su parte, el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, calificó el acuerdo como «una feliz premonición de que el proceso de paz de Colombia se encamina inexorablemente hacia la terminación del más largo conflicto del continente». Márquez subrayó que «es un hecho» que las conversaciones han entrado en una etapa definitiva, y que 60 años de confrontación pueden concluir, para regocijo de la Humanidad, en el curso de este 2016».
«En medio de un mundo agitado por la vorágine de guerras y conflictos, este es el único proceso de paz que muestra resultados esperanzadores, escenificado además en el ámbito de nuestra América, cuya dilatada extensión tendrá que ser territorio de paz», concluyó.
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