ALGUNOS VAN POR LA TARDE, OTROS POR LA MAÑANA
Hay quien tiene todo el día libre y puede decidir cuándo practicar deporte; otros lo hacen por la mañana, antes de trabajar; otros por la tarde, al salir. Los polideportivos siempre están llenos, ¿por qué esa necesidad de regular la entrada a algunas personas?

Soy un número más dentro de las listas de emergencia social con derecho al salario de pobreza, vivo con mis dos hijos, unidad convivencial de tres personas. Pues bien, se supone que los pobres tenemos una ayuda para que la Kirol Txartela nos salga más barata. Cuando he ido a sacar la Kirol Txartela Social en enero (la tenemos que renovar cada seis meses) me dicen que los pobres no podemos entrar a partir de las cinco, y que ha sido una decisión política de la nueva legislatura del Ayuntamiento de Donostia, propuesta por el PNV. Verdaderamente, me parece una vergüenza, denigrante. Por no contar otras vejaciones a las que nos vemos abocados. Creo que poco a poco deberíamos hacernos oír, ir quitándonos la etiqueta de apestados que nos han colocado», publicó el martes la donostiarra Marta Olalde en su cuenta de Facebook a modo de denuncia. Su mensaje corrió como la pólvora en las redes sociales y las reacciones no se hicieron esperar. EH Bildu pidió la «retirada inmediata» de esa medida «clasista» que limita la entrada a las instalaciones deportivas a partir de las 17.00 a los abonados que reciben ayudas sociales o sean mayores de 65 años, mientras que el Ayuntamiento respondió el jueves con una nota en la que aseguraban que se estaban contemplando mejoras sobre el tipo de abono social.
«Hemos detectado algunos problemas en la medida adoptada en relación a la Kirol Txartela Social, sobre todo con los menores beneficiarios de la cuota que acuden a entrenamientos con clubes deportivos más tarde del horario fijado», aseguraba el concejal de deportes Martin Ibabe. Los menores con abono social también tenían restringida la entrada después de las 17.00, hora en la que terminan las clases en los centros escolares, por lo que ayer mismo firmaron una resolución para que esa restricción no se les aplique a ellos, solo a los adultos.
Fuentes municipales afirmaron que se dieron cuenta de ese «problema» al recibir una queja hace quince días, y era algo que «había que solucionar jurídicamente». Según explicaron, la tabla de precios en las que indican que quienes tengan abono 65 Plus, 65 Plus Familiar y Social no podrán acceder a las instalaciones pasadas las cinco de la tarde y sus precios públicos fueron aprobados el 26 de noviembre de 2015.
«Los abonos para mayores de 65 y el abono Social son muy diferentes. El 65 Plus está en marcha desde 2008. Realizaron un estudio y se dieron cuenta de que las personas mayores de 65 años tenían por costumbre acudir al polideportivo por la mañana. Por eso se les dio la opción de obtener la tarjeta 65 Plus, con un 40% de descuento pero con restricción horaria, pero también pueden tener el abono normal», aseguraron desde el Ayuntamiento.
La razón para restringir el horario a quienes tienen el abono Social es el «uso racional de los polideportivos». «Hay que adaptar los horarios porque pronto Donostia contará con un polideportivo menos, cuando cierre el de Altza. Con el abono Social creemos que, tal vez, estas personas puedan acudir a las instalaciones deportivas en otro momento porque la mayoría no tiene trabajo», aclararon dando a entender que a partir de las 17.00 es cuando más usuarios acuden al coincidir con la salida del trabajo de mucha gente. Sin embargo, la condición para obtener el abono Social no es estar en paro sino ser perceptor de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) o Ayudas de Emergencia Social (AES), que en ciertas circunstancias podrían ser concedidas a trabajadores con un bajo salario.
«los viejos y los pobres»
En general, los abonados no están de acuerdo con esta medida y están dispuestos a compartir espacio con todos los abonados en igualdad de condiciones.
Edurne, trabajadora del centro que la Asociación de Traumatismo Cráneo-encefálico y daño cerebral adquirido ATECE tiene en Donostia, acudió ayer por la mañana al polideportivo de Bentaberri. Estaba acompañada de los usuarios del centro y voluntarios. Les tocaba su sesión semanal de piscina. Cuentan con un espacio a su disposición que pueden usar una hora sin coste alguno. Aunque ellos no se vean afectados por la medida restrictiva, Edurne tiene clara su opinión: «No lo veo bien, todos deberíamos tener los mismos derechos».
Javier se paseaba en la sala interior y observaba a los nadadores desde el ventanal después de haber practicado algo de deporte. Él tiene un abono Familiar normal, por lo que puede acceder a las instalaciones libremente, sin embargo, entiende la restricción a los mayores de 65 años. «La gente sale de trabajar y viene. Yo voy a pelota por la mañana porque no suele venir casi gente. Así los jubilados aprovechamos», dijo entre risas. Sobre la restricción a quienes tienen abono Social no sabía nada.
Tampoco lo sabía Arantxa, con abono Familiar normal. «Tengo un horario de trabajo irregular así que dependiendo del día vengo a una hora. Por la mañana están las clases escolares, a medio día está también a tope y por la tarde igual porque vienen los clubs», aseguró explicando que no importa a qué hora vaya, siempre encuentra gran movimiento de usuarios.
Mila cuenta con un abono Normal y suele acudir al polideportivo por las mañanas sin tener ningún tipo de restricción, simplemente porque así lo prefiere. «No me parece bien que restrinjan la entrada a nadie. Yo suelo coincidir en la piscina con un grupo de discapacitados y esas veces hay más gente y menos sitio para nadar, pero no importa porque todos tenemos el mismo derecho y hay que respetarse», aseguró al ser preguntada sobre la cantidad de gente que podría haber al suprimir las restricciones.
A Fernando sí le afecta la medida restrictiva. Él tiene el abono 65 Plus y, aunque a veces le gustaría acudir a la piscina por la tarde, debe ajustarse al horario. «También entiendo que quienes trabajen tengan que venir por la tarde y por eso intenten distribuirnos... yo puedo adaptarme, pero hay quien no puede. Además, la restricción no es para todas las tarjetas que cuestan menos –dijo refiriéndose a las de los niños, jovenes y discapacitados– solo para ‘los viejos y los pobres’», apuntó entrecomillando sus palabras con los dedos.
Mientras María Jesús se colocaba las zapatillas de deporte, Esteban aseguró que a ellos no les afecta para nada la restricción porque «vamos a un cursillo de mantenimiento de doce a una». Ni siquiera sabían que ellos, con su abono de 65 Plus, tuvieran restricción alguna. «Pues no está bien porque a las 17.00 ahora es de noche pero dentro de un mes ya no», opinó el hombre.
Viendo que mucha gente acude al polideportivo por la mañana por voluntad propia y no por «obligación» tal vez las restricciones y, por lo tanto, la «marca» que estas suponen sean innecesarias.

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