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Turquía, Rusia y Al-Assad alejan la esperanza del cese el fuego en Siria

Los llamamientos de Turquía a la intervención terrestre en Siria y sus ataques a las milicias kurdas; los avances kurdos y del Ejército sirio; los intensos bombardeos rusos y las declaraciones de Bashar al-Assad, que habla de tregua sin dejar de usar las armas, restan probabilidades al alto el fuego que debe comenzar el viernes.

El enviado de la ONU para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, espera que las conversaciones de paz se reanuden el próximo 25 de febrero en Ginebra, a pesar de que el enfrentamiento se agrava en el campo militar y en el diplomático. Tras entrevistarse con el ministro sirio de Exteriores, Walid Mouallem, De Mistura afirmó que el envío hoy de un convoy con ayuda humanitaria a varias ciudades asediadas por el Ejército o los rebeldes serán la prueba de la voluntad de los actores en esta guerra.

Mouallem afirmó que su Gobierno tomará parte en la próxima ronda de conversaciones en Ginebra, pero solo si no hay precondiciones. La tregua y el acceso humanitario a las ciudades asediadas es el requisito impuesto por la oposición siria para volver a la negociación.

En cuanto a la tregua pactada por EEUU y Rusia y que debe comenzar el viernes, tanto Moscú como Damasco han aclarado que seguirán atacando a los «terroristas», entendiendo como tales a cualquiera que empuñe un arma contra el Gobierno, según aseguró el propio presidente sirio, Bashar al-Assad, quien dijo que ve difícil el cumplimiento de esta medida.

Al-Assad no ve condiciones

«Quieren un alto el fuego en una semana. Vale y ¿quién puede reunir todas las condiciones y demandas en una semana?: Nadie», consideró el mandatario sirio. Además, opinó que «el alto el fuego o cese de operaciones no significa que todas las partes dejen de emplear armas» ya que, a su juicio, empieza por «acabar con los refuerzos a terroristas y sus posiciones, y no permitir el transporte de armas, municiones, maquinaria o combatientes». A su vez, la intervención de Turquía contra los kurdos y su enfrentamiento verbal con Rusia alejan la posibilidad del cese el fuego.

Ayer Ankara pidió a sus aliados que se comprometan en una intervención militar terrestre en Siria. Las autoridades turcas señalaron que no intervendrán por su cuenta, pero «queremos una operación terrestre con nuestros aliados internacionales» contra «todos los grupos terroristas en Siria», entre los que engloba al Estado Islámico, pero también a las fuerzas del Gobierno sirio y a las milicias kurdas de las YPG. Arabia Saudí ya ha mostrado su disposición a enviar soldados.

Entre los aliados de Turquía «hay detractores y hay quienes no quieren participar pero han expresado su deseo de que Turquía o cualquier otro país lo hagan», aseguró el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu. Al margen de las posibilidades de esta intervención, el envite turco sí que sirve para tensar aún más la relación con Rusia y alejar la perspectiva de una solución política. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, comparó el comportamiento ruso con el de «una organización terrorista» y denunció los bombardeos contra hospitales y escuelas en Alepo e Idleb, que el lunes dejaron al menos 50 muertos. El Kremlin desmintió haberlos llevado a cabo.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se sumó al pesimismo al estimar que estos bombardeos dejan «poca esperanza» para la paz en Siria.

La ONU critica los ataques turcos contra los kurdos

Turquía continuó ayer, por cuarto día consecutivo, los bombardeos sobre las milicias kurdas de las YPG, que avanzan en el norte de Siria en combates contra las fuerzas islamistas y yihadistas a las que apoya Ankara. La artillería turca disparó sobre Tal Rifaat, bastión rebelde recién tomado por los kurdos en Alepo, intentando que estos no avancen hacia la localidad de Azaz. El Consejo de Seguridad de la ONU criticó estos bombardeos y pidió a Ankara que respete el derecho internacional, pero no hizo pública una declaración ya que sus 15 miembros «expresaron diferentes niveles de preocupación, según el embajador venezolano, Rafael Ramírez. Con todo, las fuerzas kurdas siguieron su avance y llegaron a pactar la toma sin combates de otro bastión rebelde, Marea, pero el acuerdo se frustró por presiones turcas. Por otro lado, al menos 15 civiles murieron en la provincia de Hasaka por bombardeos de la coalición liderada por EEUU.GARA