GARA
MILÁN

Todo apunta a que Umberto Eco era «el hombre que lo sabía todo»

Umberto Eco muere a los 84 años de edad en su casa de Milán. Autor de exitosas obras como «El nombre de la rosa» y «El péndulo de Foucault», desarrolló su carrera entre la semiótica, la filosofía, la comunicación y la literatura. Su trayectoria ha sido internacionalmente reconocida; incluso llegó a ser miembro del Foro de los Sabios de la UNESCO.

Si su fallecimiento hubiera ocurrido hace algunas décadas, seguramente la noticia no se habría divulgado hasta el amanecer. Pero los tiempos cambian, y el periodismo también lo ha hecho, y en la madrugada de ayer la muerte de Umberto Eco ya tenía alcance internacional pocas horas después de que ocurriera. Fue el diario italiano “La Reppublica” quien recibió la noticia por parte de la familia y el primer medio en escribir el obituario de este escritor y filósofo italiano. Así rezaba su titular. «Muere Umberto Eco. El hombre que lo sabía todo». Un buen inicio que bien cualquier medio podría hurtar para sus cabeceras. Es más, fue más de uno en la jornada de ayer quien hizo referencia a esta mención. Y no es para menos.

Umberto Eco (Alejandría, 1932) estudió filosofía en la Universidad de Turín, donde se doctoró y ejerció como docente, una labor que también desempeñó en las universidades de Milán y Bolonia. Eco ha sido una referencia literaria y académica a nivel internacional y se ha convertido en “Il professore” de muchas generaciones universitarias. Investigador de los complicados procesos de la comunicación e inspirador de modelos interpretativos de la obra literaria, su primera obra semiótica fue “La structura assente”, que publicó en 1968, un tratado que culminó con el “Trattado di semiotica generale”, en 1975. Otros temas a los que Eco prestó especial atención fueron la crítica literaria y el estudio de la cultura popular.

Además de sus trabajos científicos y académicos, Eco fue autor de éxitos literarios como “El nombre de la Rosa” (1980), probablemente su libro más conocido popularmente. El éxito literario se repitió en la gran pantalla con la adaptación al cine del director J.J. Arnaud, protagonizada por Sean Connery.

Tras la gran acogida de “El nombre de la rosa”, publicó en 1988 “El péndulo de Foucault”, que se convirtió en uno de los libros más vendidos ese año, aunque no consiguió el favor de la crítica. Se trata de una novela que narra la historia de tres intelectuales que inventan un supuesto plan de los templarios para dominar el mundo.

«Número Cero»

Posteriormente publicó “La isla del día antes” (1994), “Baudolino” (2000) y “La misteriosa llama de la reina Loana” (2004). Sus últimas novelas fueron “El cementerio de Praga” (2010), en la que cuenta la génesis de los apócrifos Protocolos de Sión y “Número Cero” (2015).

La historia de su último libro comienza con la creación por parte de un empresario italiano de “Número Cero”, un ejemplar de un periódico en pruebas que se desarrolla en 1992. Este periódico quiere salir con la intención no de informar sino como herramienta de poder para meter presión, desacreditar a políticos y rivales o crear informes, noticias falsas y complots. «Desde hace diez años tenía esta novela en mi cabeza, siempre he querido hablar de los problemas del periodismo y ahora también de internet, donde se puede mentir mucho. Yo lo utilizo, por ejemplo, para esta novela, donde me he informado sobre la autopsia de (Benito) Mussolini», afirmaba en una reciente entrevista el autor.

Umberto Eco fue nombrado doctor honoris causa por más de 25 universidades de todo el mundo y recibió numerosos premios y galardones, entre ellos, el Premio de Literatura Europea por toda su obra. También fue un hombre compromteido con causas humanitarias, como la situación de Chiapas en 1995 y fue uno de los 17 intelectuales del Foro de los Sabios de la UNESCO. Ha muerto el hombre que sabía... mucho.