Pablo CABEZA
BILBO

McOnak recrea los sonidos irlandeses en «Galarrena»

El sexteto McOnak se forma en Lekeitio en 2011. Su propuesta musical se orienta hacia la canción tradicional irlandesa con textos sociopolíticos y pinceladas folk y punk-rock. «Galarrena» recoge once canciones entre la bulla y espléndidos ritmos medios.

Calificar «Galarrena» (Mauka Musikagintza) exclusivamente como álbum de sonoridad irlandesa vale para un titular, pero necesita el añadido de mezcla con sonidos folk, punk e incluso alguna canción de corte country. En todo caso, perdura el espíritu de taberna, de fiestas a la orilla del mar o sobre la proa de un barco, de canciones con textos punzantes, críticos, y tonadas corales que pueden seguirse bajo el colorido de una kalejira. El resultado final, contagioso, inspirado y con gran potencial, tanto para el directo como por la calidad en sí del disco, que cuenta, además, con numerosas colaboraciones que recrean con acierto algunos cortes.

McOnak son Ander Marino, batería (Lekeitio), Koldo Sanchez, bajo (Gernika), Kemen Atxurra, guitarra eléctrica (Lekeitio), Miguel Gutiérrez, banjo, whistle y saxofón (Zumaia), Ruben Garatea, acordeón, trikitixa y teclados (Gernika) y Joseba Iturraspe (Lekeitio), guitarra acústica y voz. Músicos que pergeñan esta idea de caliente resultado justamente en invierno. «Lekeitio en invierno es muy duro, se aburren hasta las gaviotas. El panorama es muy triste, la chavalería tiene que salir a estudiar y currar fuera y lo único que puedes hacer el fin de semana es txikitear. Kemen empezó en una bertso eskola y como no era muy buen trovador, empezó a tocar una guitarra que encontró en ese aula. Con los primeros acordes se animó a llamarme para hacer unas versiones de The Clash. No lo dudé, empezaron a ensayar y a compartir las primeras birras», expone Joseba Iturraspe, el más folclórico de todos y quien anima a su colega a componer las primeras canciones «con aire marinero y actitud punk».

Respecto a la sonoridad irlandesa, que ocupa buenos tramos del disco, caben matices más allá de la estima por unas buenas cervezas. «Además del amor a la cerveza, el pueblo vasco e irlandés poseen muchas variables comunes como son la resistencia de un pueblo a la opresión de un imperio, el amor hacia una lengua propia, la tesitura socioeconómica... Son muchos aspectos de aquí los que coinciden con la temática de la música popular irlandesa», matiza Kemen Atxurra.

Respecto al nombre, cabe imaginar un juego de palabras y una relación gráfica evidente, pero no es tan directa como parece: «Es curioso que desde la creación de la banda no se nos haya preguntado casi nunca acerca del nombre, quizá porque se sobreentiende que tiene que ver con Onak, bueno. Pero Makona es el nombre de un pez que pescábamos de txikis con nuestros primeros aparejos de pesca en el puerto y luego no se podía ni comer (no tiene valor culinario). Para reflejar el carácter celta lo escribimos McOnak. Así unimos la doble esencia (marinera-celta) en un mismo nombre», explica Joseba.

Bizardunak ya existía en 2011, con un sonido no muy lejano de la propuesta de McOnak (Pogues, Dubliners...), aunque con variados matices: «Siendo sinceros nos consideramos fans de la rama bardula de Bizardunak, que es Fiachras. Tirando del hilo descubrimos bandas clásicas y de ese entorno vienen Pogues, Dubliners... y más actuales como Dropkick Murphys, Social... En nuestro entorno, eran bandas totalmente desconocidas», precisa Kemen.Junto con este paralelismo, nos chifla la riqueza de las melodías de sus canciones.

Un disco de hits

«Galarrena» y McOnak ofrecen una sonoridad única en estos momentos en Euskal Herria, una propuesta que transmite el calor de las tabernas y las negras noches, pero que también coquetea con los medios tiempos y el vaivén armónico del mar en calma.

El álbum de abre con “Jaso aingura”, que nada más escucharla se ve lógico que abra disco por su pegada, pero llega “Hitz gordinak”, la segunda, y cabe preguntarse por qué no ha abierto ella. Entre reflexiones se ha colado al espacio el tercer corte, “Bizirik”, y resulta que, una vez ya escuchado todo el álbum, es el gran himno del disco, una de las canciones que nunca podrían faltar entre las sintonías más afortunadas de la historia de la música vasca. No obstante, el disco aún dará mucha pelea en encantos y satisfacciones, ya que el cierre del disco con “Azken gauetan” es una preciosidad. El sonido de las gaviotas, la voz de la invitada Valentina Rodolfi, residente en Gernika, la propia composición y el cruce de acordeones propuestos por Ruben Garatea (Profesor de acordeón y dj’ son de diez. Por el medio se encuentran “Galarrena”, otra pieza de resultado directo, el punk-rock de “Ontzia noraezean”, el curioso arreglo de teclados de “Lur azpian”, el calmado ambiente de “Ohial laranjak”, la festiva “Eutsi Palestina”, de nuevo con el acordeón mandando, o el country de “Erria txikota”, con la colaboración del fino guitarrista de Gernika Batiz y la voz de Maitane. «’Eutsi Palestina’ fue compuesta por Txortx en la cárcel. La melodía de la canción sugiere lucha y esperanza y por eso decidimos contar la injusticia del pueblo palestino y encargamos la letra al bertsolari Xabat Galletebeitia, fiel colaborador de la banda desde los inicios».

Asimismo se agradecen los diferentes arreglos con partituras escritas para un saxo, el wisthlea, el violín, la mandolina o la voz de Maitane Mazmela. Bien parece que el tercer disco de McOnak les debería abrir definitivamente las puertas de plazas para este verano o la de locales mientras llega el sol.

Respecto al detalle de las voces femeninas Joseba describe con su natural sentido del humor: «Les invitamos a cantar porque en los cumpleaños cantan muy bien. Hemos puesto a una giputxi de secano cantando en lekeitiano en la piel de una niña que sueña ser marinera. Maitane siempre ha estado volcada con la banda, ha tomado parte en el diseño del disco anterior y cartelería. También, ha aguantado todos los desafines y malos rollos que se han generado en la banda».

McOnak comienza a ensayar en Lekeitio, por geografía terminan haciéndolo en Durango (punto neurálgico de residencias) y en la actualidad han optado por Aulestia, en los estudios Altxatune, donde se ha grabado parte del disco, además de MusikOn de Mungia.

«Al principio el peso específico de la composición lo llevábamos entre Kemen y yo. Para este disco Ruben ha tomado parte en los bocetos de las canciones. Además está la cara no visible de la banda, Jorge Etxebarrieta “Txortx”, que nos ha echado una mano con los arreglos y la producción y que han influido directamente en el disco», señala Joseba.

De Ruben es precisamente “Bizirik”, que tan enamorados nos tiene. «Es directa, visceral, sincera... Una canción muy McOnak que cada uno puede sentirla como suya. El videoclip lo transmite perfectamente», obra, apunta Kemen, de Hodei Izarra, con talento para el video y la fotografía.