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TEHERÁN

Rotunda victoria en Teherán de la alianza formada por reformistas y moderados

La alianza formada por reformistas y moderados en Irán logró conquistar los 30 escaños parlamentarios de Teherán, una victoria considerada importante para el Gobierno del presidente Hasan Rohani, que busca reforzar su poder frente a los líderes conservadores.

Cerca de 55 millones de electores estaban llamados el viernes a escoger a los 290 miembros del Parlamento y a los 88 miembros de la Asamblea de los Expertos, dos instituciones hoy controladas por conservadores.

Escrutado el 90% de los votos de las legislativas, el líder de la lista de los conservadores, Gholam Ali Hadad Adel, se colocaba ayer en el 31º lugar y, por tanto, quedaba fuera del Parlamento.

Rohani, un religioso tildado de moderado, quiere capitalizar los avances logrados tras el acuerdo nuclear de julio con las grandes potencias y el levantamiento de las sanciones, con un Parlamento favorable a sus políticas de apertura. El Parlamento iraní saliente está dominado por los conservadores.

La lista de los reformistas y moderados en la capital está liderada por Mohamad Reza Aref, excandidato de los primeros a la presidencia en 2013. Aref se sitúa como el candidato más votado en Teherán, con 1.323.643 votos, seguido por el conservador moderado Ali Motahari, aliado de los reformistas, con 1.185.398 votos.

Durante la pasada campaña presidencial, Mohamad Reza Aref se retiró a favor del candidato moderado Hasan Rohani, permitiéndole así ganar la elección en la primera vuelta.

Los reformistas habían boicoteado las elecciones legislativas de 2012 en protesta por la reelección del presidente Ahmadineyad en 2009, que consideraban fraudulenta. En cambio, este año se presentaron en masa a la consulta, a pesar de que muchos candidatos fueron vetados por el Consejo de los Guardianes de la Constitución. Para fortalecer sus posibilidades de victoria, los reformistas se aliaron con los moderados y presentaron la lista Esperanza.

Los conservadores organizaron una gran coalición en sintonía con la línea del Guía Supremo, el ayatolá Ali Jamenei, quien teme un riesgo de «infiltración» extranjera en caso de una victoria reformista.