«Alemania debe finalmente lograr claridad. De lo contrario, los refugiados seguirán echando a andar camino de Alemania», advirtió el canciller austríaco, Werner Faymann, en una entrevista en el diario “Kurier”.

Faymann pidió a Alemania que especifique el número de solicitantes de asilo que está dispuesto a acoger y le propuso un tope máximo de 400.000 refugiados, calculado en relación al establecido por Austria (con una población 10 veces menor que Alemania), que ha anunciando que no aceptará más de 37.500 este año. El político socialdemócrata confió en que Berlín anuncie pronto una medida similar.

«Mientras no sea ese el caso, cada refugiado pensará que puede ir por la ruta de los Balcanes hacia Austria y luego seguir hacia Alemania», explicó.

Faymann insistió en que el «dejar pasar» tiene que acabarse y ser sustituido por un mecanismo en el que los refugiados sean acogidos en Turquía, Líbano y Jordania y atendidos allí por la ONU con ayuda de los países de la Unión Europea.

El Parlamento esloveno, por su parte, aprobó ayer una nueva ley que limita las ayudas a los solicitantes de asilo y acelera el proceso de gestión de sus peticiones, hasta ahora de meses.

Fuera de esta ley, impulsada por el Gobierno de centro-izquierda, quedaron la propuesta de rechazar las peticiones de asilo de quienes lleguen a Eslovenia procedentes de otros países de la Unión Europea y el artículo que permitía expulsar del país a los refugiados cuya petición fuera rechazada, sin esperar a la resolución final de reclamaciones.