Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

Una lógica aplastante

El Barcelona infligió su cuarta derrota consecutiva al Eibar. Los azulgranas reaccionaron al tempranero gol de Munir, pero un balónperdido, un error del árbitro y una gran acción personal de Suárez permitieron al equipo catalán acabar celebrando una goleada.

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No hubo «maravilla» en Ipurua. Imperó la lógica, de forma aplastante, y el Barcelona se llevó los tres puntos. Y lo consiguió dando la sensación de que le costó el esfuerzo justo que, posiblemente, es lo que más fastidia a la mayoría de sus rivales, conscientes de que hacer sufrir al campeón blaugrana es casi lo único a lo que se puede aspirar hoy en día.

Al Eibar no le faltó su momento, mediado el primer tiempo, en el que llegó a ilusionarse, justificadamente, con lo imposible. Pero se pegó un tiro en el pie para allanar el camino de su rival. Un error imperdonable en cualquier caso, y letal con Leo Messi en las inmediaciones, que permitió a los catalanes anotar el segundo y sentenciar el choque al filo del descanso. El inevitable error arbitral, con un penalti injustificado por mano de Ramis, y una acción personal de Luis Suárez en las postrimerías del choque, completaron el cuadro.

Y al final quedó lo de siempre. Pocos, o ningún reproche, porque el esfuerzo de los eibarreses fue mayúsculo, más allá del acierto o de la fortuna, necesarios en cantidades ingentes en este tipo de partidos. Pero también otro apunte en la lista de derrotas que, entidad de los rivales al margen, se está ampliando a pasos agigantados en esta vuelta. Ya son siete desde que la Liga superó su ecuador, las cuatro últimas de manera consecutiva. Tan bien lo habían hecho antes los eibarreses, que las consecuencias clasificatorias no son especialmente graves y el equipo se mantiene en la mitad noble de la tabla, pero los dos próximos partidos, las visitas consecutivas a dos rivales que se juegan la vida, Rayo y Getafe, sí pueden decidir si el Eibar tendrá que vivir el último tramo de la Liga con tranquilidad o con la presión del que se sabe asomado al abismo.

Expectación

Serán dos partidos muy diferentes al de ayer. Y no solo por lo que pueda suceder sobre el césped. El Barcelona fue recibido a gritos de «que se vayan, se vayan, se vayan» en Ipurua, donde no se olvida el partido que remontó el Deportivo en el Camp Nou en la última jornada de la pasada temporada, que se saldó con el descenso del Eibar.

Pero se canta, aunque se oiga a distancia, con la boca pequeña. Porque todo en estos partidos sigue celebrándose con entusiasmo en una afición con, todavía, una historia mínima en Primera. Hay expectación en la calle desde la semana previa y un lleno hasta la bandera en la grada, donde todo lo visitante se critica –la pitada fue monumental cuando el Barcelona salió a calentar– con la misma exaltación con que se celebra lo propio. Cada córner, cada falta, cada carrera, cada robo de balón fueron jaleados como si la vida fuera en ello.

Aunque hubo que esperar bastante para pasar de la censura al aplauso. Porque el Eibar prácticamente no vio el balón en los primeros veinte minutos de partido. Con ese fútbol que parece salirle casi sin querer, el Barcelona manejó el partido con calma pero sin sosiego. Sobre todo para su anfitrión, que volvió a apostar por acumular centrocampistas –como en el Sánchez Pizjuán, Radosevic, Dani García, Escalante y Adrián jugaron de inicio– pero que se vio incapaz de frenar la salida de balón culé. De ahí que la «MSM», Munir apuntó su inicial por la del sancionado Neymar, no tardara en aparecer. Ni el marcador en moverse.

Apenas necesitó ocho minutos el equipo de Luis Enrique para que Messi condujera para que Luis Suárez, máximo asistente de la Liga, cediera el balón para el remate de Munir. El partido amenazó con ponerse tan desapacible como el tiempo. Ni el historial del Eibar con los grandes, ni su incapacidad para remontar marcadores adversos –de los 28 partidos que se le han puesto en contra desde que debutó en Primera, ha perdido 22 y empatado seis–, ni las sensaciones en el arranque del partido invitaban a pensar en otra cosa que no fuera un triunfo cómodo, cuando no aplastante, de los visitantes.

Y así fue finalmente. Aunque antes de que Luis Suárez culminara la goleada culé pasaron otras cosas. Por ejemplo, la reacción del Eibar, que durante algunos minutos se permitió soñar con la campanada. Porque mediado el primer tiempo, los armeros empezaron a acercarse al área de Claudio Bravo. Un córner, un cabezazo, un disparo lejano... No era mucho pero bastó para animar a equipo y grada, que quisieron creérselo. Y sí, durante un rato el Barcelona, que no se movió tan cómodo aunque asustó con un par de contras, pareció sufrir. Hasta que, a cinco minutos del descanso, un error incomprensible de Ander Capa dejó a Messi con el balón a pocos metros del área. No hay que ser adivino para saber cómo acabó la historia.

Esfuerzo vano

Y el partido. Porque la distancia era ya insalvable. Todavía lo intentaron los azulgranas en el segundo tiempo, posiblemente por una cuestión de profesionalidad y costumbre, más que de verdadera fe. E incluso computaron alguna ocasión, pese a que el Barcelona defiende tan bien como ataca. Pero tampoco andan finos los de José Luis Mendilibar a la hora de rematar en estos últimos tiempos –con el de ayer ya son tres partidos consecutivos sin «mojar»– y ni siquiera pudieron consolarse con el de la honrilla.

Al contrario, todavía le quedaban otros dos por encajar. Undiano Mallenco, que ya se había ganado un par de pitadas previas, decidió sumarse al festival culé, decretando penalti que Ramis, tendido en el suelo, solo habría podido evitar amputándose el brazo. Messi no perdonó. Tampoco lo hizo Luis Suárez, en las postrimerías del encuentro, cuando dejó tumbados a Dani García y Capa para colarse en el área y batir a Riesgo con un disparo cruzado.

Fue el epílogo de la derrota más contundente de la temporada en Ipurua –el Eibar solo había encajado otro 0-4 en Primera, el curso pasado ante el Real Madrid–, que deja al Eibar estancado en los 36 puntos.

 

«Hemos hecho unos partidos dignos»

Pocas objeciones puso José Luis Mendilibar a la victoria del Barcelona. El equipo culé es una máquina de hacer fútbol y, aunque el Eibar supo hacerle frente durante parte del encuentro, los tres puntos acabaron volando por la superioridad visitante.

A la hora de analizar el encuentro, el técnico armero lamentaba que el primer gol llegara tan pronto, «en una jugada muy buena, clásica de ellos, llegada hasta el fondo, centro y remate a puerta vacía. A partir de ahí nos hemos asentado en el campo –destacó–, creando peligro, sacando centros laterales que es lo que solemos hacer en ataque... Hemos tenido tres remates buenos para poder empatar pero no lo hemos hecho». Y, lo que es peor, sí llegó el segundo del rival. «Pensando que puedes ir 0-1 al descanso, un error nuestro y 0-2. Defender con Messi es casi imposible –admitió–. De la nada te saca un gol y más con un poco de ventaja. Ya con el 0-2 era muy complicado. Trabajas y peleas pero vas contracorriente», asumió.

Lo cierto es que, pese a la derrota, además contundente, el Eibar no firmó un mal partido. Igual, más incluso entonces, que sucedió el miércoles en el Sánchez Pizjuán. Mendilibar cree que, resultados al margen, esa imagen debe reforzar a sus hombres. «Creo que hemos hecho unos partidos dignos. Hemos perdido pero lo hemos hecho contra rivales muy fuertes –recordó–. Creo que en Sevilla hicimos cosas como para poder empatar el partido por lo menos. Hoy contra estos era muy complicado. Pero espero que el partido que hemos hecho hoy nos fortalezca un poco. El saber que, cuando lo hemos hecho bien, al Barcelona también le hemos creado cierta incomodidad, por lo menos le hemos hecho sufrir un rato».A.U.L.

 

No habrá fútbol en Ipurua hasta el 3 de abril

Casi un mes sin fútbol en Ipurua. El Eibar encadenará dos desplazamientos, el próximo sábado a Vallecas (22.05) y el viernes 18 a Getafe (20.30), tras lo que la Liga parará un fin de semana. Así que la afición armera tendrá que esperar hasta el 3 de abril para volver a ver a su equipo, que se enfrentará al Villarreal (18.15).

 

Gayoso tuvo sus primeros minutos con el Vitoria

Lesionado el pasado mes de julio en un amistoso entre Eibar y Osasuna, cuando sufrió la triada, Ander Gayoso volvió a vestir ayer de corto. José Luis Mendilibar ya lo había incluido en su convocatoria hace tres semanas frente al Levante, aunque no se llegó a vestir de corto. Finalmente lo hizo ayer en el partido entre Vitoria y Baskonia.

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