Túnez era ayer escenario de varios ataques simultáneos y «sin precedentes» por parte de yihadistas del Estado Islámico (ISIS) que cruzaron la frontera desde la vecina Libia.

Perpetrados al alba, los ataques tuvieron como objetivo una comisaria de la policía, un cuartel del Ejército y un puesto de la guardia nacional (Gendarmería) en Ben Guerdan, ciudad de 60.000 habitantes próxima a la frontera y en el segundo incidente armado de esta naturaleza en los últimos cinco días.

El Ministerio de Defensa tunecino ofreció un balance provisional de 52 muertos, entre ellos 35 asaltantes, siete civiles, seis gendarmes, dos policías y un guardia de aduanas.

La operación policial seguía en marcha con registros casa por casa y barrio por barrio en Ben Guerdan y en las zonas aledañas a la frontera con Libia.

Varios yihadistas habrían logrado hacerse con una ambulancia y huir hacia la vecina isla de Yerba, cuyos accesos han sido cerrados al igual que los que llevan a las regiones del desierto meridional.

El pasado miércoles otros cinco presuntos yihadistas cruzaran la frontera de la misma manera y se atrincheraron en un casa antes de ser abatidos.

Capital yihadista

Ben Guerdan, a unos 50 kilómetros al este de la frontera con Libia, está considerada la capital del tráfico ilegal en Túnez y la localidad de la que más yihadistas han partido para luchar, primero en Irak y luego en Siria.

La Policía tunecina estaba en alerta máxima desde que hace dos semanas aviones de combate estadounidenses mataran a 50 personas –en su mayoría tunecinos– en un bombardeo contra supuestos objetivos de la rama libia del ISIS en la ciudad libia de Sabratah, a unos 100 kilómetros de la frontera con Túnez. El objetivo era Nourdine Chouchane, un líder yihadista tunecino al que se acusa de instigar dos de los tres atentados (contra el museo Bardo y una playa de Susa) que Túnez sufrió en 2015 y que luchó junto al ISIS en Siria e Irak. Las milicias de Misrata al mando del gobierno de Trípoli prosiguieron con la operación por tierra expulsando al ISIS de Sabratah, lo que hacía temer que los yihadistas hostigados huyeran en dirección a su país de origen. El presidente tunecino, Beyi Caid Essebsi, aseguró que el objetivo de los ataques de ayer sería fundar una provincia tunecina del ISIS.

Ofensiva de Trípoli contra el ISIS en su feudo gadafista de Sirte

Un bombardeo áereo del Gobierno islamista de Trípoli-Misrata contra el ISIS en el extrarradio de la ciudad costera de Sirte dejó un saldo de al menos 18 muertos, entre ellos varios altos mandos yihadistas entre los que se hallarían comandantes del linchado líder libio Muamar al-Gadafi.

Fuentes de Misrata aseguraron que su fuerza aérea atacó el domingo varios objetivos en una zona agrícola próxima a esta ciudad mediterránea, de la que era oriundo Gadafi, y actualmente ampliamente controlada por una alianza entre el ISIS y antiguos miembros del viejo régimen, derrocado en 2011.

Las mismas fuentes precisaron que «entre los 18 terroristas de Daesh muertos» estaría un comandante del antiguo régimen, identificado como Mohamed Hasayer al Gadafi, mientras que su colega Al Zeruk al Gadafi, habría resultado herido. Sirte ha quedado en su mayoría bajo control total de la rama libia del ISIS que forzó a los comerciantes a cerrar sus tiendas, en particular los kioscos de cigarrillos y música, así como las cafeterías.

No es la primera vez que se evoca la connivencia, cuando no la participación directa, de antiguos cargos gadafistas con el ISIS.

Además, otros once presuntos yihadistas habrían muerto en los últimos dos días en combates librados al sur de la localidad de Ajdabiya, situada a unos 120 kilometros al este de Sirte.GARA