Idoia ERASO
BAIONA
8 DE MARZO

Una barrera de gendarmes separa las dos movilizaciones de Baiona

Las movilizaciones del 8 de Marzo celebradas en Baiona fueron más multitudinarias que habitualmente y, sobre todo, dieron mucho más que hablar. Dos manifestaciones se encontraron ayer frente a frente, separadas por una barrera de gendarmes en las cercanías de la catedral. Por un lado cientos de manifestantes (370 según la Policía y 600 según los organizadores) convocados por varios grupos feministas y el colectivo LGBT Los Bascos bajo el lema “¡Contra todos los oscurantismos!”. Deenunciaron la campaña contra el aborto y la postura reaccionaria y «política» del obispo de Baiona, Marc Aillet.

De otro lado, una contramanifestación organizada por el movimiento contra el matrimonio homosexual Manif pour Tous, y apoyado por el Frente Nacional.

Los actos organizados por el Planning Familial, PAF, Emazteek Diote, EHZ Brigada Ubela, el Colectivo Feminista Contra las Violencias Sexistas y Los Bascos comenzaron en la Puerta de España y estuvieron acompañados por militantes y cargos electos como la socialista Marie-Christine Aragon. También destacó el gran número de hombres que participó. Cuando la marcha se acercó a la catedral, donde estaba prevista la lectura de un comunicado, una barrera compuesta por 10 CRS les impidió el acceso, por lo que no pudieron acercarse a las puertas de la catedral.

La protesta a favor del obispo reunió a alrededor de 50 personas. Jóvenes del grupo de extrema derecha Action Française, que llevaban una pancarta con el lema “Je suis Aillet” fueron expulsados por la policía. Salvo dicho incidente, en las escaleras de la iglesia los manifestantes permanecían en silencio frente a la protesta ruidosa, algo que compensado por el continuo tañir de las campanas, que fue constante durante los alrededor de veinte minutos que duró la protesta feminista ante la catedral, y que paró una vez que tomo su camino hacia el ayuntamiento.

Una vez llegados al Consistorio varias organizadoras tomaron la palabra. Tanto en euskara como en francés, reivindicaron el derecho de las mujeres a ser libres, tanto para elegir cuándo tener un hijo como para decidir sobre su cuerpo si su opción es abortar. Estas reivindicaciones históricas estuvieron más presentes que habitualmente debido al debate suscitado en la sociedad, en parte debido a las posturas del prelado. Hubo referencias directas a ellas como la denuncia del video «trash y sangriento» que tuvo que ser retirado de la catedral.

Aillet, en cambio, trató de restar importancia a la manifestación durante la rueda de prensa que concedió a la mañana y en la que la definió de «anecdótica». Ante las preguntas de los periodistas durante la convocatoria para hablar de los cristianos de Oriente, el obispo defendió su postura diciendo que a pesar del rechazo que están causando sus posturas en la sociedad e incluso en entorno de la Iglesia, tiene el apoyo del papa.