Galdakao volvió a arropar ayer a la familia de Hodei Egiluz con la misma solidaridad y cariño que ha mostrado en los últimos dos años y cuatro meses de forma incondicional desde el día siguiente a la desaparición del joven en Amberes. El de ayer fue un acto de despedida que congregó a un millar de personas en la plaza de la localidad vizcaina bajo una intensa lluvia, también a amigos, a representantes políticos e institucionales, así como al responsable de la empresa en la que el joven trabajaba, Jan de Kezel, y al alcalde de la ciudad flamenca, Bart De Wever.

La madre de Hodei, Koro Díaz, tomó la palabra, pero a duras penas pudo pronunciar un reconocimiento al apoyo recibido en este tiempo. Muy emocionada, y sin contener el llanto, dio las gracias por «hacer vuestro nuestro dolor», y afirmó que «Hodei vivirá para siempre en nuestra memoria y estará en nuestro corazón para siempre».

Los padres también recordaron que su hijo mantuvo siempre la curiosidad por conocer personas y lugares nuevos y que antes de viajar a Amberes para hacer prácticas en la empresa local Createlli le dijo a su madre: «Ama, ahora voy a vivir».

En un acto que fue abierto por un bertsolari y cerrado con txalaparta, Imanol Eguzkiza, amigo de Hodei desde su infancia, dijo que, pese a que ha perdido a un amigo, lo que nunca podrá olvidar, le reconforta saber que «Hodei seguirá siempre entre nosotros», gracias al «calor, esfuerzo y cariño» del pueblo.

Kezel, por su parte, consideró que el «espíritu positivo» de Egiluz «continúa vivo» gracias a la estrechas colaboraciones tras su desaparición entre la ciudad de Amberes y Euskal Herria.

El cuerpo del joven galdakaoztarra ya está en su localidad natal y ahora será la investigación la que arroje luz al caso. Por el momento, está decretado el secreto de sumario.

853 días de angustiosa espera

Precisamente hoy se cumple un mes desde que se halló su cuerpo en el río Escalda. Las pruebas de ADN y el examen forense confirmaron días después que se trataba del joven vasco, desaparecido en la noche del 19 de octubre de 2013 tras cenar con sus amigos.

El joven, titulado en Ingeniería Informática, se trasladó a Amberes en abril de 2013 para realizar unas prácticas profesionales en Createlli, que en junio de ese año le ofreció un contrato de trabajo. Sus padres calificaron los 853 días transcurridos desde su desaparición hasta el día del hallazgo del cuerpo de «angustiosa espera».