F.M.
DONOSTIA

Compañeros y allegados despiden a Fini Rubio

Un grupo personas allegadas despidieron el pasado domingo en una ceremonia íntima en Larraul a la feminista Fini Rubio, cuyas cenizas fueron esparcidas en el mismo lugar donde lo fueron también las de su compañero, el director de cine Antxon Ezeiza a finales de 2011. Rubio falleció el pasado 28 de febrero en su domicilio de Donostia tras una larga enfermedad, si bien no trascendió públicamente por deseo expresado por ella en vida.

Fini Rubio (Valladolid, 1945) cursó estudios de Ciencias Políticas y Económicas en Madrid, donde conoció al donostiarra Antxon Ezeiza, que comenzaba su carrera cinematográfica. Desde entonces, sus vidas permanecieron unidas con intervalos condicionados por el exilio del cineasta a partir de 1973.

Tras compartir estancias en París y en México, Rubio retornó en 1976 a Madrid, donde compatibilizó sus trabajos sociológicos y demoscópicos con su actividad política en círculos intelectua- les e izquierdistas. En 1978, al volver del exilio Ezeiza, ambos se instalaron en Donostia y se comprometieron de manera activa con la izquierda abertzale. Fini Rubio dedicó su aportación, en particular, a la lucha feminista. Se incorporó a KAS-Emakumeak y colaboró en la creación de Aizan. Aportó las nuevas corrientes del feminismo efervescentes entonces en EEUU y París y fue una de las teorizadoras de la conocida como «triple opresión» (mujer, vasca y trabajadora), mientras su compañero creaba con Xabier Iriondo la productora Bertan Filmeak, que llevó a cabo la serie de 21 documentales cortos en euskara “Ikuska”, considerado como el primer gran proyecto empresarial para el nacimiento de una cinematografía nacional vasca.

Su compromiso con la izquierda abertzale llevó de nuevo a la pareja al exilio en 1981, en esta ocasión a Ipar Euskal Herria, desde donde ella impartió clases en las universidades de Pau y Toulouse, mientras él continuaba su labor cinematográfica. El año 2000 se instalaron definitivamente en Hego Euskal Herria, donde continuaron con sus respectivas ca- rreras; ella impartiendo clases en la UPV-EHU. Ezeiza falleció en noviembre de 2011. 

A pesar de las circunstancias impuestas por la enfermedad, Fini Rubio mantuvo hasta el último día su lucidez intelectual, su pasión por el debate y la conversación con sus amigos, su aguda observación y su inevitable cigarrillo en los labios frente a las vistas majestuosas del mar que ofrecía su hogar en el paseo de la Zurriola.