Joseba VIVANCO
Europa League

Volver a dar primero

El Athletic tiene muy claro que debe saltar a Mestalla en busca de la portería ché, para frenar a un Valencia que apela a la épica y elapoyo de la grada para tratar de equilibrar la superioridad rojiblanca en el marcador y nivel de juego. Marcar primero puede ser clave.

El técnico escocés Jock Stein sostenía que «tenemos la mejor hinchada del mundo, pero nunca he visto a un hincha marcar un gol». En Valencia se aferran estos días a la épica. Ésa a la que se apela como recurso cuando el resto de argumentos, los realmente futbolísticos, brillan pero por su ausencia. Y si tenemos en cuenta que este Valencia no es el Atlético del Cholo Simeone capaz de sacar adelante una eliminatoria a base de bemoles, los mensajes que llegan de la ciudad del Turia más bien suenan a sones de corneta del 7º de Caballería, directos a la derrota. Si en el entorno ché hay más dudas que certezas, en el rojiblanco es todo lo contrario. Los argumentos del Athletic parecen lo suficiente sólidos a día de hoy como para encarar con garantías el pase a cuartos de la Europa League, la que sería séptima vez en su centenaria historia.

Los leones ya eran favoritos en la ida y solo el pésimo estado del campo evitó que sentenciaran a un rival paupérrimo en ideas y confianza. En Mestalla, nadie duda de que los de Ernesto Valverde saldrán decididos a por el partido, a por ese gol que termine de quebrar la escasa moral de los valencianistas. «Si mantenemos la portería a cero tenemos muchas posibilidades de pasar», se escudaba ayer su técnico Gary Neville. «Lo que tenemos que hacer es alterar su táctica. Si marcas primero, su plan A desaparece y tienen que empezar el B, siempre he pensado que el primer gol es el más crítico», añadió. Lo dice el responsable de un equipo que lleva los últimos 19 partidos de Liga encajando gol, ante un Athletic cuarto conjunto más goleador y que es muy raro el encuentro en que no marque.

La Europa League es la última bala que le queda al Valencia y sobre técnico y jugadores pende acabar pasto de las Fallas si esta tarde son eliminados por los bilbainos. De ahí que estos últimos quieran jugar con la baza de un Mestalla que no perdonará una y cuyo apoyo inicial no será ni mucho menos incondicional.

El argentino Santiago Solari, tan buen jugador como narrador y analista, decía que cuando un equipo está a tope «hay una feliz convergencia entre lo mental y lo físico, y la confianza crece». Eso es ahora este Athletic. Pero cuando uno empieza a jugar mal «crece la ansiedad y te sentís como si estuvieras bajando unas escaleras cargando un ladrillo, y después otro, y otro más hasta que al final tenés la sensación de estar enterrado debajo de un gran edificio». Ese es ahora este Valencia.

Cruce de inercias en el que los leones son favoritos no solo por el resultado de la ida, sino por esas sensaciones que transmiten y que deben plasmar desde el pitido inicial, como dejaron claro el domingo ante el Betis. Ir a por la portería rival, porque un gol en contra no cambiará nada en cuanto a los objetivos, pero un gol en contra del rival puede poner pie y medio en el sorteo de mañana.

Valencia espera, una ciudad en llamas, un Mestalla encendido, un contrario que apela a «conseguir cualquier cosa con un ambiente así», como arengó Gary Neville. Enfrente, un Athletic presto para que arda una Valencia en fiestas falleras. Cual Reinaldo de Châtillon ante el ejército de Saladino, «¿son muchos? El fuego no se deja impresionar por la cantidad de leña que tiene que quemar».

«La clave es entrar bien al partido e ir a por el gol»

La consigna en las filas rojiblancas se repite una y otra vez, como un martillo pilón. «Hay que ir a por el primer gol cuando antes, no tenemos que especular con el resultado y tenemos que ir a por el partido», decía tajante Mikel Balenziaga en la previa del choque, sentado junto a Ernesto Valverde. El técnico se ha llevado a orillas del Turia a todos los jugadores disponibles, es decir, salvo Williams e Ibai Gómez. De ellos, tendrá que descartar a tres. Es de esperar un once con los más habituales, porque la eliminatoria no tiene ya segundas partes ni tropiezos de los que levantarse. Pero nadie piensa en ello. El equipo tiene focalizado un objetivo: marcar primero. «Es clave entrar bien, con nuestra intensidad y no dejar al Valencia sentirse cómodo. Sabemos que un gol nos da mucho, tendrían que meternos tres para eliminarnos pero somos conscientes de que son un muy buen equipo y le puede hacer tres goles a cualquiera», sostenía el lateral de Zumarraga, que prevé «un inicio muy potente del partido, los dos vamos a querer controlar y nosotros queremos entrar bien. Si hacemos nuestro partido y salimos bien al campo tenemos muchas opciones».

En el vestuario bilbaino no hay temor al ambiente ni la actitud del rival, a pesar de que «este campo cuando aprieta, aprieta de verdad», asiente un Ernesto Valverde que asume que «el equipo de casa siempre sale a por todas. Está claro que cuando ellos ataquen el público les empujará. Eso es normal pero estamos preparados para ellos. Los primeros ataques serán importantes para el resto de la primera mitad. Ahí tenemos que estar fuertes».

Txingurri verbaliza lo que sus jugadores tienen asumido, que «tenemos que ir como si fuese un partido de 0-0, de Liga», sin «especular» ante un Valencia «dispuesto a competir y jugársela». Por eso entiende que «lo mejor es salir a hacer nuestro juego. El marcador no nos importa hasta que falte un minuto. Queremos tener un día bueno y limitar las opciones del Valencia». Y de paso, si puede ser, marcar primero, aunque para el técnico sería «importante, pero no definitivo». Partido grande, de los que forjan ¿campeones?J.V.