Otro intento de frenar la supremacía de Mercedes y Hamilton
Australia da inicio esta fin de semana a una nuevatemporada de Fórmula 1 en la que la escudería alemana y sus pilotos salen a por su tercer año de reinado, en el que su rival más duro volverá a serla FIA y su anual remesa de nuevas normas.

Esta mañana han comenzado los dos primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Australia que supone el arranque de la temporada de Fórmula 1. El escenario es el circuito de Albert Park, en la ciudad sureña de Melbourne, con un trazado semi-urbano de 5.303 metros al que los pilotos darán 58 vueltas.
Mañana por la mañana tendrán lugar los terceros entrenamientos libres y la clasificación, y el domingo (6:00 horas, Antena 3), la esperada carrera.
Será el estreno de la temporada más larga del Mundial de esta especialidad, que no concluirá hasta el 27 de noviembre con el Gran Premio de Abu Dhabi, en el circuito de Yas Marina. La gran novedad será la celebración del Gran Premio de Europa en Bakú, capital de Azerbaiyán y también con circuito urbano, lugar al que llega el circo del motor por primera vez. También tendrá lugar el regreso a Alemania, en su pista de Hockenheim.
Para las 21 citas del calendario el gran candidato volverá a ser el inglés Lewis Hamilton, ganador de tres mundiales, los dos últimos con Mercedes. Su coche, que no necesita la evolución de los demás, sigue siendo fiable, por lo que entre los candidatos a arrebatarle la primera plaza se debe situar en cabeza a su propio compañero, Nico Rosberg.
El principal escollo para la escudería alemana será gestionar los egos de sus chóferes y, a partir de ahí, hacer frente a los nuevos obstáculos que le ha puesto la FIA. La Federación Internacional del Automóvil, mano a mano con Bernie Ecclestone, director ejecutivo de Formula One Management –empresa que gestiona este lucrativo negocio–, no ve con buenos ojos –que son los de los dólares del Tío Gilito– que una misma escudería gane más de dos años consecutivos. Ya lo hicieron antes cortando las alas a Red Bull y ahora piensan en Mercedes. De ahí, modificaciones como las de las calificaciones y, sobre todo, las que afectan a los neumáticos, que bus- carían dar más autonomía a los pilotos para que puedan tomar decisiones estratégicas basadas en sus propios estilos de conducción, las características de sus coches y la naturaleza de cada pista. De esta forma tratan, teóricamente, de dar más valor al conductor que al coche.
Vettel, Red Bull, Toro Rosso...
Al margen de los gestores de la Fórmula 1 y de Rosberg, la lista de rivales que deberá vigilar Hamilton está encabezada por otro alemán, Sebastian Vettel. El cuatro veces campeón del mundo ha sido el más rápido en los ensayos de pretemporada. Además, el piloto de Ferrari tiene mejor coche que la pasada temporada en lo que podría ser el fin de la travesía por el desierto de la factoría de Maranello.
Al acecho, con aspiraciones de luchar por cada podio, están también los Williams, con el finlandés Valtteri Bottas –el mejor en los test de Barcelona– y, con menos opciones, el curtido Massa. Ligeramente por detrás podríamos colocar a Red Bull y a su filial, Toro Rosso. Según presume el propietario de la escudería austriaca, Dietrich Mateschitz, el RB12 «es una obra maestra». Es curioso porque, a punto de romper con Renault y de plantearse incluso dejar la F1, la casa de la bebida energética reconsideró su actitud –más que por el dinero, por la pasión de sus dueños– y seguirá vinculada al fabricante francés, ahora con un motor TAG Heuer que propulsará los coches del australiano Ricciardo y del ruso Kvyat.
Pero quizás su marca blanca, Toro Rosso, es la que despierta más ilusión por las prestaciones de sus dos jóvenes pilotos, el holandés Max Verstappen (18 años) y el español Carlos Sainz (21). Ambos debutaron la pasada campaña. Empezaron intentando terminar las carreras y concluyeron el calendario sumando cada vez más puntos. Ahora, ya asentados, pueden ser alternativa a los tres primeros.
Otro peldaño más abajo está Fernando Alonso con el nuevo McLaren-Honda. El asturiano no puede sino mejorar lo ocurrido la pasada temporada, donde solo le faltó vestirse el mono del taller para hacer andar al coche. El motor que introdujeron los japoneses en su regreso a la Fórmula 1 no funcionó en ningún momento y a cada evolución propuesta por Alonso respondía con una nueva avería. Ahora, las pruebas del circuito de Catalunya les han dado un aire de optimismo. Públicamente dicen que en las primeras carreras aspiran a entrar en los puntos para ir acercándose a los primeros puestos en la segunda parte del calendario. Creen que el monoplaza ha ganado en fiabilidad y esperan mejorar sus prestaciones sobre la marcha. Dejan caer que el coche estará entre los más competitivos el año que viene. El inconveniente es que quizás Alonso no tenga paciencia para esperar un año más.
Clasificación y neumáticos
En cuanto a los cambios, el nuevo sistema de clasificación para la víspera de las carreras establece la sucesiva eliminación de los coches más lentos durante las tres rondas (Q1, Q2 y Q3) hasta que los dos mejores se jueguen la pole en un mano a mano en los últimos 90 segundos de la sesión.
Sobre los neumáticos, el suministrador único, el fabricante italiano Pirelli, introduce el compuesto ultrablando, que no debutará hasta la séptima carrera, en Canadá, y que se suma a los ya existentes superblando, blando, medio y duro.
Los pilotos tendrán a su disposición en cada carrera tres, en lugar de dos, de los cinco compuestos para asfalto seco. En Australia, por ejemplo, se usarán las ruedas medias, blandas y superblandas. De estas tres opciones cada piloto dispondrá en cada gran premio de un total de trece juegos. Dos de esos compuestos serán elegidos por Pirelli para la carrera, mientras que el tercero se reservará para la tercera ronda (Q3) de la sesión de clasificación. En lo que no sea carrera y Q3, cada piloto es libre de elegir sus compuestos.

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