El hielo del Ártico parece haber llegado a un máximo invernal que es el más bajo en los registros por segundo año consecutivo, según los datos del National Snow and Ice Data Center y la NASA. Cada año, la coraza de agua de mar congelada flotando en la superficie del Océano Ártico y sus mares vecinos se derrite durante la primavera y el verano y vuelve a crecer en los meses de otoño e invierno, alcanzando su punto máximo anual entre febrero y abril.

Greenpeace ha reclamado la «protección urgente» del Ártico, al que califica de «valioso ecosistema», ante el registro de hielo marino de 2016, que alcanza su mínimo invernal histórico. «Con este récord es aún más increíble que empresas petroleras y pesqueras busquen este extremo del planeta para incrementar las actividades industriales», declaró la experta de Greenpeace Pilar Marcos.