Asier AIESTARAN
Pelota

Revuelo por el expediente de Lakua a la LEPM

La posible sanción por vender alcohol en los frontones provoca incertidumbre en el mundo del deporte.

La noticia sobre el expediente sancionador abierto por el departamento de Interior de Lakua a la Liga de Empresas de Pelota Mano (LEPM) por la venta de alcohol en los frontones –en concreto se cita el caso de la final del Cuatro y Medio del pasado 29 de noviembre–, ha generado una gran incertidumbre no solo en el mundo de la pelota, sino en el mundo del deporte en general. El hecho de que transcurridas varias horas nadie pueda dar más explicaciones multiplica las incógnitas.

Si tenemos en cuenta que la Ley del Deporte de la CAV prohíbe desde 1998 «la introducción y venta de toda clase de bebidas alcohólicas en las instalaciones que se celebren competiciones deportivas», llama la atención que unos inspectores tuvieran que acercarse a la pasada final de Miribilla para «constatar» que se venden y consumen bebidas alcohólicas en los frontones, algo totalmente habitual y que cualquier ciudadano de este país conoce de sobra.

Pero las preguntas se suceden, ya que también se vende alcohol en cualquier campo de fútbol de Segunda B para abajo, en los partidos de rugby –solo por citar un deporte con tradición–, incluso en los campos de Primera y Segunda División, en los que el alcohol sí está vetado pero la consumición de alcohol suele ser uno de los principales reclamos en los palcos VIP.

La clave podría estar en la nueva Ley de Adicciones que se prevé poner en marcha a partir del próximo 7 de abril, bastante más restrictiva y que podría poner fin definitivamente al consumo de alcohol durante competiciones deportivas utilizando este caso como primer aviso a navegantes de lo que viene.

Pero más allá de la CAV, otro tema a resolver será cómo afecta este expediente a otros territorios con leyes propias, caso de Nafarroa y los partidos semanales del Labrit, y La Rioja, especialmente.

Ciñéndonos estrictamente a la pelota, también surge una incógnita sobre quién sería el responsable de la posible sanción, que podría ascender hasta los 60.000 euros si se considera una infracción «muy grave».

Silencio por el momento

Aspe y Asegarce, las empresas que forman parte de la LEPM, guardaron silencio oficial, pero distintos medios se hacían eco de su posición, diciendo que no habían recibido ninguna notificación y añadiendo que ellos no tienen nada que ver con la actividad de los bares –pueden tener más que ver con la licitación de cada caso, bien por parte del Ayuntamiento o alguna federación, por ejemplo–. En el otro lado, hay quien considera que la responsabilidad sería del organizador de la competición.

El tema también salió durante el entrenamiento llevado a cabo ayer por Olaizola II y Urrutikoetxea en el Bizkaia. Preguntado al respecto, Aimar recordaba que «cuando se prohibió fumar también hubo un gran revuelo, y la pelota sigue adelante, no creo que sea para tanto».