La victoria del Sánchez Pizjuán llega en un momento muy oportuno, como la lograda en la primera vuelta en Anoeta. Permite alejar la zona de descenso a diez puntos a la espera de lo que haga hoy el Sporting con el Levante, acerca la octava plaza a dos y, sobre todo, permite tranquilizar el ambiente negativo existente al aportar lo que la afición quiere de sus jugadores. Que compitan y tengan una actitud que hagan sentirse a los aficionados orgullosos de su equipo. Era muy importante romper ayer la racha negativa y tomarse el partido contra el Barcelona con la ilusión de mantener Anoeta como su campo maldito. Lo que hace falta es que el equipo vuelva a competir igual y que el espíritu trasmitido en Sevilla tenga continuidad y que no se necesite llegar a situaciones límites para dar la respuesta que ofreció ayer como lo ha hecho en todos los momentos complicados.