No tengo muy claro si a Pedro Almodóvar le conviene echar la culpa del fracaso de su veinteavo largometraje a la filtración de los Papeles de Panamá, porque por otro lado me imagino que le interesa pasar página en tan engorroso asunto cuanto antes. Lo cierto es que “Julieta” ha sido su peor estreno en los veinte últimos años. El desinterés del público por lo que el cineasta manchego propone en su madurez, es proporcionalmente inverso al que siente por el joven Paco León, destinado a relevarle en lo que a éxito comercial se refiere. “Kiki, el amor se hace” ha ganado en su segunda semana en la taquilla a “Julieta” en la primera.

Y, como a perro flaco todo son pulgas, resulta que el mal ambiente se ha filtrado también en la promoción del estreno almodovariano, ya sin aquel glamour gazpachero de antaño. Parece ser que dos Julietas a la vez son demasiadas, y que la joven Julieta se ha peleado con la mayor. La bronca la achacan a que Adriana Ugarte y Emma Suárez no coincidieron durante el rodaje, precisamente porque hacían el mismo papel en distintas épocas. Luego, en las presentaciones han chocado entre ellas, con crisis incluida durante una entrevista radiofónica en directo.

Me temo que el ser chica Almodóvar actualmente se cotiza menos que el ser una chica León.