Osasuna no pierde, pero tampoco gana, una dinámica que no le llega para mantenerse en puestos de play-off. Conseguido el medio centenar de puntos y sin nada que perder, la escuadra navarra tiene que transformar los merecimientos en puntos y arriesgar para que se mantenga la ilusión de la hinchada rojilla por cotas más elevadas.

Todo pasa por volver a ganar en El Sadar. Siete empates en los últimos nueve encuentros disputados en el feudo iruindarra han supuesto una lenta hemorragia plasmada en el paulatino descenso del equipo en la clasificación. Variar esa trayectoria supone recuperar los buenos resultados en casa, no hay otra.

Enfrente se va a encontrar con un Valladolid que no está respondiendo a las expectativas iniciales –decimocuarto, a siete puntos del play-off–, pero que no lo ha hecho tan mal lejos de Zorrilla. Solo en seis de las diecisiete visitas ligueras que ha cursado en esta temporada el cuadro pucelano ha hincado la rodilla, si bien El Sadar no es un escenario demasiado propicio para los ahora dirigidos por Portugal, dado que solo ha ganado dos veces en las 38 oportunidades que ha pisado su césped.

De prolongar esa inercia se preocupará un conjunto local, cuya formación y, sobre todo, disposición sobre el campo es toda una incógnita. Parece claro que un bloque de nueve futbolistas –Nauzet, Tano, David y Unai García, Javier Flaño, Merino, Oier, Roberto Torres y Nino– tienen asegurada la titularidad, pero de quienes ocupen las dos plazas restantes dependerá mucho el dibujo táctico, determinado fundamentalmente por si se parte de una línea defensiva compuesta por cuatro o cinco jugadores.

Martín habla de «escalada»

Berenguer, Aitor Buñuel, Urko Vera, Pucko, e incluso el que podría ser debutante Jaime Dios, tienen sus opciones para ocupar alguna de esas posiciones vacantes. El que el primero haya estado renqueante a lo largo de la semana –el propio Martín expresó sus dudas sobre el concurso del canterano– abre el abanico de posibilidades hasta el punto de que adivinar un posible once es toda una hazaña.

El entrenador de Campanas habló de dar inicio a una «escalada», que pasa por imponerse a un Valladolid ante el que los rojillos deben «presionar y darle un ritmo alto al partido». «Estos últimos ocho partidos son lo más interesante y ahora empieza lo bonito. El Sadar es un aliciente para nosotros, nos hemos sentido arropados y nos ha llevado en volandas», destacó.