Venga, dale, vamos a hablar de Bertín Osborne una vez más. Por cierto, la mujer del ex ministro y actual Comisario europeo Díaz Cañete, a la que señalan como de apellido Domecq, tiene otro apellido todavía más significativo, el primero, Solís, como aquel ministro de Franco llamado la sonrisa del régimen que lo fue de asuntos sindicales o algo similar, además de tener empresas de patriota español en Panamá, fue una de los cerca de treinta mil beneficiados por la amnistía fiscal de Montoro. Y lo fue cuando su esposo, eso sí con separación de bienes, formaba parte del Consejo de Ministros que la aprobó. Pues eso.

Decía que Bertín en Tele 5 ha dado unos magníficos resultados de audiencia un lunes. El formato es calcado al que ofrecía en TVE, con algunas innovaciones formales de poca consistencia en sus contenidos. Queda claro que el mensaje, el poso, lo que nos queda entrega tras entrega, es que los ricos y famosos y tienen unas casas magníficas, fuera de serie, de una valor catastral equis pero de un valor de mercado estratosférico. La entrega de este lunes era con el torero Fran Rivera Ordóñez, que apareció con una cinta en su muñeca con la bandera rojigualda española, algo muy habitual porque pertenece a esa España que considera que con Franco se vivía mejor y que esto de la democracia es un engorro porque hay gente que protesta.

Es una tendencia de Bertín hacia esos personajes, muy metido en esas ideologías aunque intenta disfrazarse y hacerse el simpático, y viene a demostrarnos que existe un pensamiento caduco, antidemocrático, muy asimilado en la sociedad española que consigue unas audiencias televisivas desorbitadas y hasta sirve para llegar a desempeñar cargos de la relevancia e importancia como director de la Policía Nacional o de la Guardia Civil con Fernández Díaz.