EIBAR 1

BETIS 1

El curso se cerró en Ipurua con un empate. Es probable que, exceptuando al responsable de las cuentas del club, que valora la clasificación en euros, no le pesara excesivamente a nadie, por mucho que se prefieran las despedidas memorables. Y, sin duda, el de ayer era, por encima de las ambiciones deportivas, un partido marcado por el adiós.

De la misma forma que, en su desarrollo, fue un buen reflejo de lo que está siendo la segunda vuelta del Eibar. Un quiero y no puedo de los azulgranas, a los que durante muchas semanas les agarrotó el cansancio y, más aún, la tensión derivada, y creciente, de una pésima racha que amenazó con hacerles llegar a las últimas jornadas asomados a un abismo del que se habían mantenido muy alejados hasta bien superado el ecuador liguero. Una vez descartado definitivamente el peligro del descenso, la cosa no ha mejorado demasiado. Aliviada la presión, el Eibar se ha afanado en buscar argumentos para recuperar el espíritu competitivo que tan buenos frutos le dio en los primeros meses de competición y aunque eso le ha evitado ridículos, con la excepción de Mestalla, e incluso le ha permitido firmar alguna buena actuación, no le ha bastado para reconducir una trayectoria que sigue jalonada de tropiezos en esta segunda vuelta.

Algo así pasó ayer. El Eibar quiso pero no pudo. Quizá porque en la primera parte no lo quiso con la suficiente convicción como para imponerse a un Betis que, por otra parte, tampoco pareció dispuesto a morir por el punto que le separaba de la permanencia matemática. Y en la segunda porque, pese a intentarlo, ahora sí por todos los medios, le faltó chispa, fortuna, nitidez..., un poquito de todo eso, tan necesario y que tanto ha echado en falta en los últimos tiempos.

Aunque el disgusto se vio amortiguado por la situación clasificatoria, dolió. Lo sintió la afición que, asegurada una tercera temporada en la elite, habría querido disfrutar de una victoria, tan inusual últimamente. Lo sintió el equipo, que quería un cierre en Ipurua a la altura del logro conseguido. Y lo sintieron especialmente todos para los que el encuentro suponía la despedida de Ipurua. Unos cuantos –Xabi, Ramis, Dos Santos, Radosevic, Bastón– pudieron hacerlo desde el once inicial, Saúl saltó al césped en la segunda parte y el resto –Ekiza, Lillo, Pantic, Jaime, Ansotegi, Hajrovic–, tuvo que hacerlo desde el banquillo y la grada.

No faltó mucho para que, protagonismo de cada uno al margen, pudieran hacerlo con victoria. El dominio local fue claro desde el principio, aunque en el primer tiempo fue más una cuestión de iniciativa y territorio que de contundencia. De hecho, se saldó con dos ocasiones claras por bando. Ramis y Dos Santos en sendos córners para el Eibar, Rubén Castro por partida doble para el Betis. Acertó a la segunda para colocar el 0-1 a siete minutos del descanso.

Se lo tomaron a la tremenda los azugranas que en la reanudación encerraron a su rival no ya en su parcela, sino directamente en su área. Lo recompensó Enrich en el 74, empatando con asistencia de Capa, y pudieron hacerlo también, en ocasiones muy claras, el propio ariete balear, Juncà, Saúl o Bastón. Pero el marcador no quiso sumarse a la fiesta.

Mendilibar: «Hemos tenido juego y ocasiones para ganar»

El Eibar lo puso todo pero la victoria se le volvió a resistir, como tantas veces en los últimos meses. Y se vio especialmente dolido a José Luis Mendilibar, que habría querido despedirse de mejor manera de la afición por esta temporada.

«Hemos tenido juego y ocasiones para ganar –sentenció el entrenador vizcaino–. En la segunda parte hemos estado todo el rato en su campo, en su área, elllos no han salido de allí. Pero no hemos podido hacer el segundo».

Admitió el técnico armero que no había sido así durante todo el encuentro, en el que su equipo fue a más conforme avanzaron los minutos. «Hemos empezado bien pero mediado el primer tiempo hemos empezado a bajar el pistón y ellos lo han aprovechado para subir con alguna contra y hacernos el gol. En estrategia habíamos tenido ocasiones pero no lo hemos conseguido», explicó. «En la segunda ha sido otra cosa, el equipo ha estado muy bien. La segunda parte ha sido totalmente nuestra, el rival no ha pasado de medio campo, nosotros hemos rematado en muchas ocasiones pero no hemos acertado», lamentó.

La «pena» añadida es que el equipo no alcanza «los objetivos que nos estábamos marcando, los 45 puntos por los que habíamos apostado tras conseguir la permanencia, aunque todavía tenemos una oportunidad para conseguirlos. Por lo menos en días como hoy sales contento porque el equipo lo ha hecho todo para ganar. Ha habido algunos partidos atrás en los que nos ha costado más pero hoy hemos sido claros dominadores, aunque lo que manda es el marcador y ellos han aprovechado una ocasión y nosotros, pese a tener muchas, también».

Juan Merino, por su parte, vio «un partido bastante competido. Es verdad que el Eibar ha tenido acercamientos y nosotros pocos pero antes del gol ya habíamos tenido una clara. Quiero felicitar a mis jugadores porque necesitábamos un punto, sin tener que depender de nadie más, y lo hemos conseguido ante un gran rival, que ha hecho una buenísima temporada y le da más valor al trabajo hecho».A.U.L.

La plantilla participó en la fiesta de Untzaga

Aunque la lluvia, incesante desde el arranque del partido, deslució un tanto el espectáculo, Eibar y el Eibar despidieron el curso con un concierto en Untzaga, al que también acudió la plantilla, protagonista en el escenario.

Mendilibar da descanso a sus jugadores

No habrá sesión postpartido hoy. José Luis Mendilibar ha decidido dar un respiro hoy a sus futbolistas, que comenzarán a preparar mañana el encuentro frente al Espanyol, que se jugará el próximo domingo a las 19.00.