El Ibex repitió el intento fallido de la jornada previa y terminó en la línea de salida. Hacia las dos de la tarde tocó sus máximos de la sesión, no muy lejos de los 8.800 puntos, pero después se vino abajo en compañía del resto de índices europeos. Por el momento, no hay ningún punto fuerte al que aferrarse para pensar en una reacción alcista más profunda del Ibex.

Los resultados empresariales y los datos macroeconómicos siguen siendo una losa importante. Ayer era Crédit Agricole el que fallaba en las previsiones, mientras que la macroeconomía echaba otro jarro de agua fría con la levísima mejoría de la producción industrial en la eurozona en el último año. Tampoco el petróleo termina de consolidar su posición para buscar los 50 dólares en el caso del Brent, un precio de referencia para las estrategias de las compañías, como Repsol, que marca ese nivel como el peor de los escenarios para su negocio.

El Ibex acabó plano, con 8.663,10 puntos. En Europa se impusieron los recortes. Fráncfort bajó un 1,13%, París, un 0,54%, y Londres, un 0,95%. En el Ibex, el mejor era Dia (+6,34%), que ganó 25,6 millones de euros hasta marzo, un 5,8% menos, y reiteró sus expectativas de negocio. Ademas brilló Telefónica (+2,23%), que sufría una rebaja de la perspectiva en la calificación crediticia de Moody's tras el veto a la venta de O2. No obstante, la compañía, que dice mantener sus objetivos pese al bloqueo de la operación, podría recibir nuevas ofertas, según diferentes informaciones. Entre los perdedores, despuntó ArcelorMittal (5,08%). En París, ArcelorMittal cayó un 4,91%, y Crédit Agricole, un 4,85%. El banco obtuvo un beneficio trimestral de 227 millones de euros, un 71% menos que un año antes.