Joseba VIVANCO
DESPEDIDA EN SAN MAMÉS

ESKERRIK ASKO, GURPE

EL GRAN CAPITÁN NO PUDO EVITAR LAS LÁGRIMAS. IMPOSIBLE HACERLO EN SU GRAN DÍA. SAN MAMÉS SE VOLCÓ CON ÉL DURANTE Y DESPUÉS DEL PARTIDO. Y ÉL, GURPEGI, SE LO AGRADECIÓ DE CORAZÓN. CON LÁGRIMAS SÍ, PERO TAMBIÉN CON UNA SONRISA

Decía el filósofo francés Jacques Derrida que «más allá de la línea de banda no hay nada». Carlos Gurpegi descubrió ayer que más acá de la línea de banda, lo hay todo. «No sé si hay una persona más feliz que yo en el mundo. Siempre os llevaré en el corazón. Gracias por todo el cariño que me habéis dado. ¡Aupa Athletic!», fueron sus emocionadas palabras micrófono en mano desde el círculo central, finalizado el partido. Con motivo del centenario del viejo San Mamés se multiplicaron las alabanzas a la figura de ese coliseo del que José Ángel Iribar sostenía que más que un campo, era un equipo. Y ayer lo fue. Para despedir a los suyos y muy en particular a su último gran capitán. El nuevo estadio se volcó en el adiós y lo hizo sin fastos ni fuegos de artificio, solo con cariño, con agradecimiento, coreando su nombre, aplaudiendo su ejemplo. Haciéndole feliz, haciéndole llorar.

El presidente rojiblanco, Josu Urrutia, le hizo entrega de un recuerdo, un conocido cuadro con la figura de ‘Pichichi’, empequeñecido por lo que el graderío de San Mamés le demostró ayer, durante y después del encuentro. Un vídeo que repasó su trayectoria y cristalizó sus ojos, agarrado a sus dos hijas, dio paso a la obligada vuelta al campo, salpicada de aplausos y gritos de cariño, parada especial en la grada Iñigo Cabacas, que le agasajó –su hermano le entregó allí un brazalete bañado en fibra de vidrio– y descolgó una enorme pancarta en la que le daba las gracias. ‘‘Eskerrik asko, Gurpegi’’.

Una vuelta al estadio que le vio crecer y que acabó con el abrazo, uno por uno, a todos sus compañeros, que acabaron por mantearle como ya hicieran hace un año con Iraola. Gurpegi decía adiós. Con una sonrisa. Y el público agradecía igualmente la temporada al equipo, que se despedía entre aplausos bajo los sones del himno del Athletic. «Es la noche perfecta», decía poco antes el protagonista, el capitán. Eskerrik asko, Gurpe.