ELA se concentró ayer en Bilbo ante la Oficina de Extranjería del Gobierno español en apoyo a los refugiados y exigió a las instituciones vascas que garanticen el derecho de asilo. El acto, al que se sumó su secretario general, Txiki Muñoz, entre otros, se desarrolló bajo el lema ‘‘Queremos acoger’’.

Con esta movilización, ese sindicato quiso mostrar su solidaridad con las personas refugiadas. Exigió a las instituciones «que se garantice el derecho de asilo» y se acuerde «una política de inmigración común que acabe con lo que se ha dado en llamar fortaleza europea».

En concreto, la central reclamó a los ejecutivos de Gasteiz e Iruñea y a las instituciones forales y locales que activen los «resortes necesarios» para que, «como pueblo, podamos hacer lo mismo que hicieron con los nuestros: ofrecer amparo y oportunidades de prosperidad a quienes lo solicitan».

Estas peticiones se recogen en un documento que ha elaborado ELA y que pretende difundir entre las empresas de Hego Euskal Herria. En el texto, asegura que lo que se ha dado en llamar crisis de refugiados «ni es una crisis ni tiene que ver con las personas que buscan refugio». «Lo que se ha dado en llamar crisis de refugiados es solo el hundimiento moral y político de una Europa incapaz de hacer lo más elemental: acoger, siquiera por un tiempo, a quien está en situación de necesidad», añade el documento.

El sindicato apunta que se está hablando de 60 millones de personas desplazadas, pero un «porcentaje mínimo» de todas esas personas ha llegado o podrá llegar a Europa. En este sentido, afirma que llevan décadas denunciando de qué manera la UE se ha construido «asumiendo acríticamente los postulados económicos de la derecha».

«Políticas de austeridad insolidarias que han contribuido, entre otras cosas, a dar alas también al racismo y la xenofobia. Ahora, lamentablemente, está pasando lo mismo en relación con las personas desplazadas: la extrema derecha pone el guión que los gobiernos estatales y las instituciones comunitarias siguen a pies juntillas, muchas veces por intereses electorales espurios», denuncia.

El sindicato critica que se identifique a los migrantes con «potenciales terroristas o con competidores» para devaluar los salarios y, de esta manera, preparar el terreno de la opinión pública para el cierre de fronteras o las deportaciones. Sin embargo, indica que los desplazamientos masivos de personas se seguirán dando «sean las barreras que Europa se empeñe en construir». Por ello, cree que pretender refugiarse de este fenómeno global «no solo es insolidario», sino «absolutamente imposible».