La protesta del próximo lunes llevará a los participantes hasta la sede del Poder Electoral para exigir al organismo que anuncie el paso a la siguiente etapa para activar el referendo para revocar el mandato de Maduro.

El anuncio de Capriles se produce un día después de que la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocara a las personas para que firmaran, nuevamente, en una reafirmación de que quieren que se haga un revocatorio.

«Nosotros no tenemos que volver a firmar, nosotros tenemos que ir a validar nuestras firmas, nosotros el día lunes tenemos que movilizarnos para exigirle a las señoras del Consejo Nacional Electoral (CNE) en un protesta, que ellas tienen que respetar esta Constitución», dijo en rueda de prensa.

La validación de las firmas que la MUD entregó ante el CNE el pasado 2 de mayo sería la segunda y última etapa para que se active el proceso revocatorio y después de esa fase se iniciaría una nueva colecta de rúbricas, unas cuatro millones que se traducen en el 20 % del Registro Electoral.

El presidente, por su parte, ha recurrido al Supremo. «Es un recurso de amparo a fin de que la máxima interprete de la Constitución de Venezuela, que es la Sala Constitucional del Tribunal Supremo, se pueda expresar para de una vez por todas poder frenar esa pretensión del Poder Legislativo de querer inmiscuirse en las funciones constitucionales que tiene el presidente Nicolás Maduro», explicó Elvis Amoroso, asesor jurídico del Palacio de Miraflores.

Maduro acusa a la Asamblea Nacional de apropiarse de las Relaciones Exteriores por llamar a «una intervención» a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), una materia que, de acuerdo con el artículo 336 de la Carta Magna, es competencia exclusiva del jefe de Estado.

La MUD se reunió con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, para pedirle que activara la Carta Democrática contra Venezuela alegando que se ha dado una ruptura del «orden constitucional». Almagro ha accedido esta semana a invocar la Carta Democrática, que podría llevar a la suspensión de Venezuela como miembro de la OEA, algo que el Gobierno ha interpretado como el prólogo de una «intervención» en Venezuela.

Maduro anunció el miércoles que acudiría al Supremo para frenar la iniciativa opositora como primer paso de una «resistencia histórica que llevará a una batalla hasta la victoria del pueblo ante los imperialistas».