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ESTAMBUL

Turquía rebaja el tono y garantiza que protegerá las relaciones con Alemania

Turquía y Alemania son «dos aliados muy importantes» y sus relaciones no «se deteriorarán por completo» tras el reconocimiento por el Parlamento alemán del genocidio armenio, según declaró ayer el primer ministro turco, Binali Yildirim, antes de volar a Azerbaiyán.

«Esto no quiere decir, sin embargo, que no reaccionaremos, que no diremos nada», añadió el primer ministro. Turquía reaccionó con cólera el jueves tras la aprobación por la cámara baja del Parlamento alemán de una resolución sobre el genocidio armenio y llamó a consultas a su embajador en Berlín.

«Esta resolución afectará seriamente a las relaciones turcoalemanas», había advertido tras la votación el presidente Erdogan, de visita en Kenia, añadiendo que a su vuelta se adoptará una decisión sobre el «procedimiento» a llevar a cabo en respuesta al reconocimiento de los diputados alemanes.

En plena crisis migratoria en Europa, en la que Turquía tiene un papel determinante, esta votación del Parlamento alemán complica las ya tensas relaciones entre Ankara y Berlín.

El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, expresó el jueves el deseo de que Turquía no reaccione de manera «excesiva» al reconocimiento del genocidio.

«La relación germano-turca es suficientemente fuerte para resistir a esta crisis», indicó ayer el portavoz de Merkel. «Una relación como esta puede y va a resistir a las diferencias de opinión», dijo Steffen Seibert, que citó los fuertes lazos culturales y económicos, así como la cooperación en la crisis migratoria y los millones de personas de origen turco o kurdo que viven en Alemania.

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, criticó ayer a Alemania al recibir al primer ministro turco: «Fue un encargo político. Seguramente quieren obligar a Turquía a hacer algo, influir en su política independiente. La causa armenia es una excusa que se convierte en instrumento en manos de las grandes potencias», dijo Aliev, cuyo país está enfrentado a Armenia desde 1988 por la soberanía de Nagorno Karabaj. Condenó la resolución aprobada por el Bundestag como «una provocación basada en mentiras. Es una injusticia, un doble rasero y una tergiversación de la historia».