El jugador más alto de esta Eurocopa será el guardameta rumano del Watford inglés Costel Pantilimon, nada menos que 2,03 metros de estatura –2,44 es la altura de una portería–, un currante del balompié que con su primer holgado sueldo en el Manchester City –fichado del Politécnica Timisoara en 2011– se compró unas playeras deportivas y envió el resto a sus progenitores, allá en Rumanía, de origen humilde y ambos sordomudos. No coincidirá, al menos en la primera fase, con el más bajito de la competición, Lorenzo Insigne y su 1,63, la ‘vespa’ napolitana, ‘nano’ para sus amigos de la infancia, y que con su padre en paro, de chico tuvo que ejercer de vendedor ambulante mientras por la tarde entrenaba.

Son dos de los extremos de esta Eurocopa en la que la selección de Vicente del Bosque pasa por ser la más ‘menuda’, con una media de 1,80 –el canario Pedro Rodríguez mide 1,67–, en tanto la Suecia del gigante Zlatan Ibrahimovic se va hasta los 1,86. Por detrás de los escandinavos, con 1,85, Austria, Bélgica, Croacia, Alemania, Islandia y la Hungría de un portero que juega siempre con pantalón largo, Gabor Kiraly, con 40 años, el más veterano y el que podría ser el primero en jugar con esa edad una Eurocopa.