Iñaki IRIONDO
gasteiz
IRREGULARIDADES EN KUTXABANK

Fernández, Cabieces y Alcorta, al banquillo por apropiación indebida

La Audiencia Provincial de Bizkaia ha desestimado los recursos presentados por el expresidente de Kutxabank Mario Fernández, el ex delegado del Gobierno Mikel Cabieces y el abogado Rafael Alcorta y deberán ir a juicio por apropiación indebida y administración desleal y fraudulenta, por el contrato que el banco apañó para el político del PSE.

Hay veces en las que la resolución de un recurso cae como una condena adelantada sobre los recurrentes. Es lo que les ha ocurrido al expresidente de Kutxabank, Mario Fernández, al ex delegado del Gobierno y abogado en reciclaje, Mikel Cabieces, y al dueño del bufete Rafael Alcorta. Quisieron –como es normal– evitar sentarse en el banquillo de los acusados, y la Audiencia Provincial de Bizkaia les da un repaso considerable, dejando patas arriba sus argumentos exculpatorios.

El auto confirma la decisión de llevar a juicio a Mario Fernández como posible autor de un delito de apropiación indebida y administración desleal y fraudulenta, de la que Mikel Cabieces es cooperador necesario y Rafael Alcorta, cómplice. Además, también mantiene la acusación de falsedad documental contra el expresidente de Kutxabank y el dueño del bufete .

«Diáfano trasfondo delictivo»

Pese a lo declarado por los imputados en los recursos presentados en su defensa, la Audiencia Provincial sostiene que «existen suficiente indicios racionales de criminalidad contra los recurrentes», porque Kutxabank, por orden personal de Mario Fernández, «contrata de modo innecesario y ajeno a los cauces establecidos en la entidad bancaria, los servicios profesionales de un tercero [Mikel Cabieces]» que no pertenecía al despacho de Rafael Alkorta, que era quien prestaba los servicios al banco. Este contrato se realiza con «abuso de funciones del cargo de presidente» y supone un uso «indebido» de los fondos, con un «perjuicio» para los socios y para la propia entidad.

Mario Fernández ordenó el pago de 5.783 euros mensuales, más otros 900 euros en concepto de gastos de viaje a Cabieces. Finalmente, cuando el caso estalló por la denuncia de la propia Kutxabank, el expresidente procedió a la devolución de 243.592 euros.

Según el auto, las diligencias realizadas y los documentos aportados por Kutxabank, que no han sido discutidos por los imputados, echan por tierra las alegaciones de los recurrentes.

La Audiencia Provincial hace hincapié no solo en que la remuneración que se pagaba a Mikel Cabieces era «desproporcionada» para su experiencia profesional y el trabajo que se le atribuye; sino en la «innecesariedad de sus servicios», puesto que «no aporta profesional, jurídica ni económicamente nada a la labor de asesoría» que ya realizaba el bufete que encabeza Rafael Alcorta

Es más, los supuestos servicios que debía ofrecer Mikel Cabieces ya los cubría el despacho de Alcorta y en el contrato existe una cláusula que establece que no había posibilidad de contratación de un tercero ajeno al personal laboral de dicho bufete.

Una puerta giratoria de libro

En el auto se detalla que, según las declaraciones recogidas en la instrucción, está claro que «la motivación, que no razón, de la contratación del Sr. Cabieces procede de su situación personal y no de la necesidad o conveniencia de Kutxabank».

Un responsable político pidió a Mario Fernández que le diera trabajo a Mikel Cabieces después de dejar la delegación del Gobierno y este fue el motivo de su contratación. La Audiencia Provincial sostiene que esto podría ser entendible si Fernández lo hubiera hecho con su dinero, pero que no es aceptable hacerlo con el de Kutxabank. Y le reprocha también que ordene esta contratación «sin admitir preguntas ni dar explicaciones, de modo unilateral y ajeno a ninguna intervención de los órganos de la entidad».

Recuerda el auto que Mikel Cabieces llevaba desde 1990 sin ejercer la abogacía y que el objeto del contrato era facilitar su reciclaje profesional, asumiendo su formación con asistencia a cursos, conferencias y orientación en lecturas. Además recoge la cláusula de que los trabajos que realizara para Kutxabank «no tuvieran visualización pública».

Con todos esos elementos, la Audiencia Provincial de Bizkaia afirma taxativamente que «no se comprende qué interés podía tener la entidad bancaria en su contratación».

Decisión personal

A lo largo de todo el auto queda claro que la contratación de Mikel Cabieces es una orden personal de Mario Fernández. Y se refleja que, por ejemplo, cuando el responsable de recursos humanos de Kutxabank le informa de que Rafael Alkorta le dice a los dos meses que «esto no funciona» y que Mikel Cabieces no le hace caso, el presidente «se enfada, le dice que le siga abonando las facturas y que el Sr. Alcorta saque de él lo que pueda». La Audiencia tiene claro que se trata de un «abuso de funciones».

Contra este auto ya no cabe recurso. Solo falta que la Fiscalía y la acusación formulen sus escrito y se ponga fecha al juicio.